No quiero hacer trampa: la foto es de hace unos cinco años.

MISTERCOLOMBIAS HACE UNA RECAPITULACION DE LO QUE HA PUBLICADO EN EL DESCABEZADERO


Antes que nada quiero registrar mi nuevo récord en los 50 metros estilo libre de natación: 38 segundos 82 centésimas. El record estatal master (más de 60 años) es de 27 segundos. El 1 de agosto competiré en Ixtaczotitlán... Mi estimado rector de la U Veracruzana, Raúl Arias, me mandó una carta con una especie de regaño: me dice que ya no debo darle tanta importancia a las competencias y los premios; Que soy un buen escritor y que no necesito eso. Le respondí que no puedo evitar ese rasgo de mi personalidad: me encanta competir y si es posible ganar. Eso le da más emoción a mi vida. Todo podré ser, menos un espíritu budista.



El 23 de junio de 2009, mi ex amiga Magda Díaz --perdí su amistad a causa de un malentendido causado por las insidias de internet y la vida-- hizo una serie de pases mágicos sobre el teclado de mi computadora y me dejó andando el blog que llamé Descabezadero. A partir de entonces subí a la red una serie de artículos de muy diversa índole, hasta alcanzar a la fecha un total de 415. De modo que he subido más de un artículo diario durante 365 días, lo podría hacer pensar a algún lector que soy un ocioso que se pasa la vida pendiente de su computadora. La verdad es que gasto muy poco tiempo en alimentar mi blog: casi siempre subo textos que fueron preparados para publicar en revistas, diarios o conferencias que voy a dictar. A la fecha he tenido 18 990 visitas. De México 7702, de Colombia 4271, de España 1718, de Argentina 865. He recibido visitas de países distantes o ajenos a mi trabajo: Nigeria, Kwait, Yemen, Ghana... ¿Qué he publicado? Un diario personal donde anoto fundamentalmente noticias de mis viajes, logros y fracasos deportivos y literarios, traumas, lesiones físicas, ambiciones, planes, semblanzas de escritores que conozco en mis viajes (Rubem Fonseca, Andrés Neuman, García Márquez...); cuentos y fragmentos de novelas, incluso novelas completas; traducciones de textos míos; reproduzco artículos que aparecen en diversos medios, fundamentalmente sobre mis libros; reseñas más de libros que me interesan. He publicado religiosamente las agresiones cibernéticas que he sufrido, en general por medio de anónimos. Durante los primeros dos o tres meses tuve 5 visitanes diarios; a los seis meses tenía 40 o 50; hoy tengo entre 40 y 119. Gracias al blog he encontrado amistades que se han hecho estrechas con el paso del tiempo: Félix Luis Viera, en el DF; Pablo Giordano, en Las Varillas, Argentina; Martha Cedeño, en Barcelona; Francisco Cenamor, en Madrid; Carlos Alatriste, en Puebla; Gabriel Ruiz en Cali, Jorge Consugra en Bogotá. Además, recibo las visitas de mis viejos amigos y maestros: Gustavo Alvarez Gardeazabal, Tulúa; Isaías Peña y Fabio Jurado, Bogotá. En el blog he registrado la lesión que me alejó quizás definitivamente del básquet, que había practicado toda la vida. Anoté mis primeros récords en natación y mis tres medallas. Registré la aparición de varios libros: la novela Agua clara en el Alto Amazonas, el libro miscelaneo Maelstrom agujero negro, la segunda edición de Poéticas y obsesiones, el éxito de ventas de El pollo que no quiso ser gallo (Alfaguara infantil), que ya lleva casi 40 000 ejemplares vendidos en México. Comenté mi escapatoria de casa para encerrarme a reescribir mi primera novela hasta dejarla convertida en un mamotreto de 580 páginas: mi obra mayor: Historia de todas las cosas. Me pelié con el editor de Planeta que dijo que no publicaba un libro mío porque era demasiada calidad y que él no publicaba "eso" (beleive it or not). Lancé unas cuantas fanfarronadas que ocasionaron burlas. ¡My God, les haré tragar sus palabras!
Me gusta estar en la red porque me gustan los espejos y porque me mantiene vinculado con el mundo. Además de satisfacer mi ya conocida y asumida vanidad y egocentrismo me sirve para salir en ectoplasma de Xalapa e informar al mundo que sigo vivo dando la batalla. Serenidad para el muerto. Yo estoy vivo y pido lucha, escribió el poeta José Hierro. Suscribo sus palabras. Un año más, un año menos.