LOS VIAJES DE MARCO POLLO Y LA RATONA DESALMADA

octubre 26, 2010



En Pittsburgh Marco Pollo con la Ratona Desalmada
 Hicimos un viaje celérico a Pittsburgh a encontrarnos con mi hermosa sobrina Carolina Aguilera de Algo y con Siena, su hija, una criatura delicada y simpática de ocho meses que fue mi más difícil conquista. Subimos en funicular y nos tomamos fotos en un mirador y al lado de una limousina que parecía un trasatlántico, almorazmos mariscos algo pasados de condimentos al lado del río Monangahela y prometimos volvernos a encontrar el próximo martes, antes del regreso a México. Ya en Indiana, nos alojamos en casa de Peter, ambiente absolutamente aséptico en el que está proscritos todos los perfumes debido a una hipersensibilidad de Yolanda, que de entrada descalificó mi Allure de Chanel  y me obligó a bañarme ¡dos veces! Cosa que hice gustosamente para poder tener el placer de permanecer un par de días al lado de personas amables y queridas. Peter Broad lleva casi 25 años escribiendo, traduciendo, difundiendo mis obras. Temprano al día siguiente Lety y yo asistimos a la clase de Eric Marroquí en IUP --Lety pronuncia "Yupi"--, donde yo hablé sobre mis procedimientos y mañas para escribir cuentos y novelas... y Lety les habló a los alumnos sobre sus cuentos infantiles y particularmente les leyó su Ratona de la Sorbona, cuento incluido en el libro que será muy pronto publicado. (No he podido hacer una reseña puntual del congreso porque my wife monopliza la lap top y cuando me la entrega ya me estoy cayendo se sueño). Por la tarde caminamos casi dos horas bajo la lluvia por uno de los más hermosos campus de Estados Unidos en busca de un famoso pawn shop o tienda de segunda, donde estuve a punto de meter la pata compándome un I pad de 475 dólares, que por fortuna no compré... Tarde, ya en casa de Peter, me enteré gracias la internet que ya me habían depositado los derechos de autor colombianos de El pollo que no quiso ser gallo, más que suficiente para comprar el mentado aparato, pero del todo insuficiente para pagar las deudas contraídas por tanta viajadera irresponsable como ha habido este año. Como soy escritor de infantería me pagan poco o nada y a veces viajo a dar conferencias por el puro placer de jugar a que soy importante y a que en verdad tengo algo que decirle al mundo... Lo que como se sabe, es falso: soy un elemental hedonista cérdico. Es decir, un hombre sincero de donde crece la hierba santa.

Let, Siena y Carolina

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