Otra vez Madrid

octubre 11, 2011

Video de la presentación de mi novela Historia de todas las cosas en Barcelona:


De regreso en Madrid, sin mucho que contar: caminatas por Las Ramblas de Barcelona, rumbo al Maremagnum, compras para los hijos y la nieta; un buen vuelo en Iberia escuchando la música de siempre, creo que se llama En los jardines de la Alhambra, de Joaquín Rodrigo; la ruptura del cable de mi lap top (lo que limitará mi comunicación, pues deberé usar la de mi máneger); la comparación entre Barcelona y Madrid (Barcelona una Babel: antenoche en la Calle Boquería del Barrio Gótico, tres prostitutas algo pasadas de copas y de hambre me acorralaron: una me lanzó una mano al corazón que me tiembla en el bajo vientre mientras las otras dos intentaban acercamientos más inspirados en el dios Caco que en Venus Calipiga: tuve que huir elegantemente sin desairarlas y sin quemarlas con el café que llevaba para mi máneger en vasos desechables... eso sucedía a las dos de la mañana en una calle de Barcelona).

Madrid: menos multitud, menos variedad de nacionalidades, precios exorbitantes, caminar y caminar, fotos frente al Palacio Real (o algo así)... Por cierto: Juan Carlos no quiso salir a saludarme, lo que me pareció una descortesía. En lo referente a hoteles hemos mejorado considerablemente: del Condal (lo llamo Congal: no de tres estrellas ni de tres cucarachas: un hotel limpio y elemental) de Barcelona, al Hotel Best Western Carlos V en Madrid: pequeño, céntrico, elegante, recepcionista amable. Madrid en el centro parece una ciudad en plena fiesta. Hay poco tránsito, la gente no anda enloquecida. Fuimos a comer al Mercado San Miguel: 35 euros por comer tres pequeñeces. No lo traduzco a pesos mexicanos porque sería obsceno asunto. Habrá que ahorrar los próximos días. Mañana es la reunión con "cinco miuras del mundo editorial" español. El editor de Trama Editorial lo ha dicho en broma, pero debo estar prevenido. Y la verdad ni me asusta el asunto ni me impresiona. He estado con Sábato, Donoso, Vargas Llosa, García Márquez y en ningún caso me he sentido apocado. Al contrario: generalmente me he crecido al castigo. Bueno, son las dos de la mañana. Me despido. (En mi blog alterno, "Mongolia Central", hay fotos recientes).

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