La misa ha terminado, novela de Gardeazábal
diciembre 15, 2013
Por William Calderón
El Nuevo Siglo martes 10 de diciembre
La nueva novela de Gardeazabal
Gracias a la generosidad del señor rector de la Universidad Autónoma
Con Gardeazábal en El Porce, Tuluá |
El entramado de la obra
La novela está montada sobre la vida de un par de sacerdotes católicos tulueños y sobre un obispo argentino, según supo el barquero, seguidor y admirador silencioso del senador conservador barranquillero Roberto Gerlein Echeverría, (el decano del Senado de la República), célebre por sus debates en el congreso contra los homosexuales. La obra relata cómo el representante de Dios en la tierra persigue cual agente de las SS (la temible Gestapo de los repugnantes tiempos hitlerianos) a todos los curas aflautados de sus diócesis y en los sínodos y reuniones vocifera contra el lobby gay de la iglesia.
Terrible radiografía
A nosotros nos parece, sinceramente, que es una novela asombrosa. Escrita en lenguaje procaz, describe actos imperdonables en el pasado inmediato, pero denunciados con tanta habilidad que a más de malditos terminan cargados de humor y hasta de lecciones de moral. Es la terrible radiografía de una iglesia con muchos desatinos, de pecados y horrores infernales, pero que desde dentro libra su batalla para tratar de salvarse. La misa ha terminado, obliga a la hoguera, pues como decían nuestros mayores de manera sentenciosa, "la carne de cura indigesta"
A la hoguera con ella
La obra de Gardeazabal podría ser para quemar en la hoguera teniendo como testigo Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez Maldonado y al mismo senador Gerlein, pero lógicamente después de haberla leído de cabo a rabo. Es francamente ofensiva pero deliciosa. Degradante pero edificante. En La misa ha terminadohay páginas enteras de profunda reflexión. De ellas uno sale totalmente confundido al terminar su lectura, aunque la narración logra darnos al final un par de cachetadas literarias bellísimamente logradas.
A juicio del barquero
Claro que también nos consume la sombra del pecado por haberla leído. Sería imposible que no nos sintiéramos pecadores porque no se nos borra a quienes creemos en Cristo encontrarlo en esas páginas impías de Gardeazabal y no haber tirado el libro a la paila mocha de donde no debió haber salido el hereje del Gardeazabal que debe consumirse con los que admiten todas estas bellaquerías.
Si monseñor Builes viviera
Ya veremos que no tardarán las reacciones de la primera Conferencia Episcopal Colombiana del nuevo año y de los sacerdotes desde los púlpitos desaprobando el libro con el que cierra el 2013 el autor de Cóndores no entierran todos los días.
1 comentarios
Gardeazábal tuvo su otoño y su primavera, con Cóndores. Con la Misa, llegó su ocaso-invierno.
ResponderEliminarNarración, que no novela, copro.