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EL PODER DE LA IMAGINACIÓN

junio 04, 2009


UNA ENTREVISTA A MARCO TULIO AGUILERA SOBRE EL TALLER DE NOVELA "EL PODER DE LA IMAGINACIÓN"
Prensa de la Universidad Veracruzana
1. ¿Qué es lo esencial que debe tener una propuesta de novela desde su punto de vista y dada su experiencia (tiene que ver con el tema, el tratamiento, los personajes, la ambientación, la capacidad técnica del escritor, todo esto y más elementos…)?
Una propuesta de novela es algo que yo nunca he hecho pero que solicito a quienes quieran iniciarse en la escritura de una obra narrativa de ese género. En primera medida debe tener un argumento tentativo, es decir, una historia interesante que quiera narrar. Debe esbozar en breves trazos las características de los protagonistas. Debe plantear qué es lo que busca o qué sentido persigue en su planteamiento. Anotar qué rasgos estilísticos desea aplicar. Todo lo anterior es difícil de definir a priori, pues generalmente las novelas se van definiendo a medida que se van escribiendo. Una novela plenamente lograda generalmente resulta después de escribir cinco o seis borradores y habitualmente ocupa al escritor varios años. Es un trabajo de enorme paciencia, de esfuerzo, de estudio, de atrevimiento. Si no tienes algo diferente qué contar y si no lo haces de manera original, en realidad el esfuerzo no vale la pena. Para escribir novela hay que prepararse, tener paciencia y algún tipo de sabiduría de la vida. También hay que haber vivido. Un filósofo dijo: “No existe nada en la imaginación que no haya pasado antes por la experiencia”. Estoy de acuerdo. Aunque hay que decir que la misma imaginación es una experiencia.
2. ¿Y usted les va a enseñar todo eso?
No, yo quiero trabajar con personas que ya tengan el talento y la preparación, pero que les falten la asesoría y algunas armas, también algunas mañas que sólo el tiempo y el trabajo dan. Para escribir una novela hay que tener algo que contar y hay que saber hacerlo con arte. En principio las personas deben saber redactar con corrección. También deben tener el don de la poesía: encontrar los ángulos secretos y encantadores o sorprendentes o incluso espantosos de la realidad. Si las personas están interesadas en escribir una novela y no tienen el plan ni el capítulo de la novela, podrán ser admitidos en el taller, si en la entrevista personal demuestran que están preparados para escribir. En la entrevista hablaremos de lecturas, de experiencias de vida, de intenciones. Hay cierto halo que los que van a ser escritores tienen y si yo percibo este halo, podré admitirlos en el taller.
3. ¿Dónde, cuándo, cómo descubre Marco Tulio Aguilera el potencial de una novela?
Mientras estaba estudiando filosofía asistí a unas clases sobre Kant que impartía un profesor soberanamente aburridor. En esas clases comencé a escribir mis recuerdos en un cuadernito y luego le di a leer mis escritos a un novelista colombiano, Gustavo Álvarez Gardeázábal. Le entregué un manuscrito de 400 páginas. Él me dijo: “Esto es un caos, pero un caos muy divertido. Si le pones un poco de orden podrá ser una novela muy divertida, pero antes tienes que aprender qué es una novela: ponte a leer”. Me dio una lista de libros: El Quijote, La Ilíada, La Odisea, La Divina Comedia, La Biblia. Los leí y luego volví a escribir mi novela Breve historia de todas las cosas. Cuando yo tenía 24 años esa novela fue publicada por Ediciones La Flor de Buenos Aires con grande escándalo publicitario. Ahí comenzó mi carrera. El año pasado reescribí esa novela. Ahora tiene 580 páginas y la estoy negociando en varios países.
3. ¿Qué criterios utilizará para seleccionar a las novelas participantes (aspectos de ese primer capítulo, perfil del aspirante al taller)?
Al pedir el capítulo de una novela y el plan de ella lo que quiero ver es si saben escribir, si tienen gracia, si tienen ideas, si tienen potencial. En realidad me voy a guiar en la selección por la impresión que me causen las personas y las dotes de narrador que muestren en sus escritos. No les pido que me muestran genialidades sino potencualidades. Después de haber coordinado talleres en la Facultad de Letras de la Veracruzana, en el Instituto de Artes de la Universidad de Nuevo León y en la Sociedad de Escritores de Puebla creo haber desarrollado el olfato para saber quiénes pueden y quiénes no.
4. Algunos datos sobre su propia novela, y cómo el trabajo paralelo de creación literaria (de usted y sus aprendices) podrá beneficiar el trabajo de ellos.
No quiero hacer el tradicional papel del maestro sino que quiero involucrarme con el grupo al mismo nivel. Yo mismo voy a estar escribiendo una novela junto con ellos. Ellos leerán mis capítulos a medida que avance. Del mismo modo ellos deben comenzar a escribir y a leer sus textos. Lo que no es fácil. Como habitualmente sucede, habrá unos que escribirán torrencialmente y presentarán un capítulo semanal. Otros, posiblemente tarden un poco en arrancar. Un taller de novela es, por lo menos en lo que a mí concierne, un clavado que se echan un grupo de personas en un pozo profundo: el de sus propias intimidades y obsesiones. Para escribir hay que ser despiadado, impúdico, atrevido, disciplinado. En general un buen novelista es una especie de esquizofrénico domesticado. Un buen novelista es un tipo que si no escribiera se volvería loco o sería un desadaptado social. Por eso no me va a extrañar que en el taller se junten una serie de personajes excéntricos y quizás difíciles. En general el escritor es un ser humano que no ha sido domesticado por completo. Por eso los escritores tienen o deben tener acceso a ciertos secretos y deben ser capaces de decir lo que nadie dice. Y deben decirlo con un encanto nuevo e inédito. A eso se llama tener estilo. Todos los grandes escritores lo tienen.

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