Una noche sin sueño y estamos en Madrid
octubre 01, 2011Pero antes: la primera entrevista en Barcelona: http://www.lavanguardia.com/libros/20111001/54224316122/marco-tulio-aguilera-garramuno-los-grandes-premios-literarios-estan-casi-todos-viciados.html#.TobFp_Ut63I.facebook
29 de septiembre 8:41 pm: Rumbo a Dallas, después de ver miles y miles de personas en las calles del DF, tratando de vender lo que sea. Las calles parecen las de la India. Prendas de ropa a cinco y a diez esos. Si quieres un título de médico cirujano te lo expiden (duplican) en una hora a un costo de 500 pesos. A nacionalidad mexicana te vale mil pesos. Puedes comprar lo que quieras. LO QUE QUIERAS cien veces o mil veces más barato que el original. Un país basado en la falsificación de todo. En una sola cuadra conté 40 policías. ¿Qué hacían todos juntos? No sé. Dos veces dejé olvidado mi pasaporte y lo recuperó mi máneger. También abandoné mi billetera sobre el mostrador de AA y ya en el avión mi máneger (mi protectora, mi nana) me la entregó después del correspondiente discurso (en todos los viajes me sucede lo mismo: cuando estuve en un pueblito del Amazonas lo perdí y me lo trajo corriendo un niño indígena huitoto antes de la partida de la lancha; en Medellín lo extravié por horas y resultó que estaba en lo más profundo de la maleta. En el ADO GL de Xalapa rumbo al DF leí parte de El naranjo y me gustó, a mí que tanto he abominado de Fuentes. Casi como una maldición me habían entregado en la Editorial donde trabajo un texto sobre Fuentes para su edición (un libro de más de 300 páginas que revisé en tiempo récord de dos días, con la idea de justificar mi ausencia de casi 20 días). Los dos jefes en mis dos cátedras (en la Unidad de Artes y en Letras) me facilitaron ausentarme. En los días anteriores había estado batallando para cumplir con los papeleos del programa de productividad, lo que hice a medias y mal (como casi todos los años… y siempre debido al hecho de que por estas fechas salgo de viaje a cumplir con alguna invitación –el año pasado fue al Congreso de Literatura Hispánicas en la U de Pensylvania, donde pronuncié el discurso inaugural que llame “Escenas de amor y eros en la obra de GGM”. Ya en el DF la vida consistió en recorrer librerías en busca de La balada de los bandoleros baladíes, para cumplir con el encargo de llevarle un ejemplar al editor de Anagrama con un mensaje de parte del autor: “Ahí le dejo esta puta obra maestra para ver si hacen una edición española”. El esquivo autor me pidió el favor de llevarlo al Editor de Anagrama en MDD con tan peregrina firma y no pude cumplirlo. Recorrimos 18 librerías del centro histórico del DF y en ninguna de ellas estaba el libro. Una de dos: o el libro se agotó celéricamente o la UV no distribuye…ni siquiera a nivel local de Xalapa. Esto no es una crítica: es una observación. ¿Quién soy yo para criticar? No conseguimos pues el libro del reciente Premio Sergio Galindo. Llegamos al aeropuerto con tres horas de anticipación, abordamos el avión, después de una espera de 50 minutos. Al llegar a Dallas corrimos por pasillos y llegamos a tiempo para tomar el Boing 767 con rumbo a MDD. Tan grande el avión que parece un arca de Noé, dijo L . En el vuelo de 9 horas L me leyó partes de La invitada y “El gato” de JGP –no olvido que JGM me llamó reverendo imbécil por haber escrito que Crónica de la intervención parecía estar escrito con estructuras sintácticas del idioma alemán. Tampoco olvido que JGP, entre sus arrepentimientos públicos de fin de año, escribió que se arrepentía de haber dicho eso de un escritor cuyos artículos leía religiosamente todos los sábados. Con L estuvimos hablando sobre las particularidades de la puntuación de JGP. Las azagatas (errata: quería decir azafatas) de AA y British Airlines son todas maduras. Lejanos tiempos en que las azafatas eran guapas jóvenes. Ahora conjeturo que las que estoy viendo son esas antiguamente guapas jóvenes, que ya han madurado sin bajarse de los aviones… Y ese es el modelo de lo que está pasando en Estados Unidos y muchas partes del mundo: los que ya tenían trabajo se aferraron a sus bases por años y ya los jóvenes no encuentran trabajo. Este en que vivimos es un mundo viejo, deteriorado, sin oportunidades para las generaciones emergentes. Mi amigo el autor de La balada me encarga que en MDD compre tres libros y me pide que vaya a Valencia a visitar a su suegra. Mi amigo Héctor D’Alessandro, escritor uruguayo y coach que vive en Barcelona, es quien va presentar mi novela en el Ámbito Cultural de la Puerta del Sol. Ya está leyendo la novela y dice que es una obra maestra y está haciendo correr el rumor de que yo voy a ser el próximo Premio Nobel Latinoamericano. Creo que lo que ha impresionado a mi amigo es el tamaño del libro, 515 páginas. y el primor con que fue publicado. Dice que mi obra no está emparentada con GGM sino con Rabelais y Cabrera Infante… Lo que me parece bien. Amigos en España han orquestado una publicidad bastante inflada, del tamaño de mi tan cacareada egolatría. El avión de British rumbo a MDD se mueve como un camión totolero entre vientos encontrados con rumbo a Chiconquoiaco. Lleva 220 pasajeros en filas de siete en fondo. Seguiré reportando. 12 de la noche: Tras seis horas de vuelo termino la lectura de “Las dos orillas”, primer texto de El naranjo. Exclamo para mí: cuánto optimismo, cuánto brillo del lenguaje y erudición y saqueo y tergiversación (reinvención) de la Historia. Fuentes ha pregonado a la hibridación y al arte como vehículos de salvación de estos pueblos. Viendo lo que está pasando en México después de tantos siglos de historia llego a la siguiente conclusión: ¡Retórica, retórica, retórica! La historia, lo que está sucediendo en México en la realidad (no en la literatura) está probando que la hibridación (la mezcla de razas) está resultando en un limpio (un sucio) fracaso. Lo que era esplendor azteca hoy es un estercolero de sangre. La retórica literaria de Fuentes ha quedado como divertimento para académicos norteamericanos. La hibridación es otra especie de racismo, así como la globalización ha terminado por ser la negación de la identidad de los pueblos. ¿Quién entiende esto? Los que parecían valores ahora resultan ser valores, oh, san Federico Nietzsche! Y yo dizque a conquistar España con mi literatura. ¡Ingenuo! España ya no soporta otra conquista: el boom le hizo el efecto de una bomba atómica. Nos quedan dos consuelos: o abaratarnos y publicar en Alfaguara o escribir buena literatura para morirnos de hambre con una sonrisa de dignidad satisfecha. Me quedo con la segunda opción y pienso que si vengo a España es para hacer turismo, nada más. Ni el rey me va a recibir ni habrá alfombra roja y ni siquiera mariachis. Lo dicho: voy en camino a alcanzar La Gran Humildad. Un par de horas más y aterrizará el avión. Ya conectado desde el NH Embajador escribo esto sin haber dormido ni un segundo. Mañana será otro día... ¿Qué tal que no lo fuera?
29 de septiembre 8:41 pm: Rumbo a Dallas, después de ver miles y miles de personas en las calles del DF, tratando de vender lo que sea. Las calles parecen las de la India. Prendas de ropa a cinco y a diez esos. Si quieres un título de médico cirujano te lo expiden (duplican) en una hora a un costo de 500 pesos. A nacionalidad mexicana te vale mil pesos. Puedes comprar lo que quieras. LO QUE QUIERAS cien veces o mil veces más barato que el original. Un país basado en la falsificación de todo. En una sola cuadra conté 40 policías. ¿Qué hacían todos juntos? No sé. Dos veces dejé olvidado mi pasaporte y lo recuperó mi máneger. También abandoné mi billetera sobre el mostrador de AA y ya en el avión mi máneger (mi protectora, mi nana) me la entregó después del correspondiente discurso (en todos los viajes me sucede lo mismo: cuando estuve en un pueblito del Amazonas lo perdí y me lo trajo corriendo un niño indígena huitoto antes de la partida de la lancha; en Medellín lo extravié por horas y resultó que estaba en lo más profundo de la maleta. En el ADO GL de Xalapa rumbo al DF leí parte de El naranjo y me gustó, a mí que tanto he abominado de Fuentes. Casi como una maldición me habían entregado en la Editorial donde trabajo un texto sobre Fuentes para su edición (un libro de más de 300 páginas que revisé en tiempo récord de dos días, con la idea de justificar mi ausencia de casi 20 días). Los dos jefes en mis dos cátedras (en la Unidad de Artes y en Letras) me facilitaron ausentarme. En los días anteriores había estado batallando para cumplir con los papeleos del programa de productividad, lo que hice a medias y mal (como casi todos los años… y siempre debido al hecho de que por estas fechas salgo de viaje a cumplir con alguna invitación –el año pasado fue al Congreso de Literatura Hispánicas en la U de Pensylvania, donde pronuncié el discurso inaugural que llame “Escenas de amor y eros en la obra de GGM”. Ya en el DF la vida consistió en recorrer librerías en busca de La balada de los bandoleros baladíes, para cumplir con el encargo de llevarle un ejemplar al editor de Anagrama con un mensaje de parte del autor: “Ahí le dejo esta puta obra maestra para ver si hacen una edición española”. El esquivo autor me pidió el favor de llevarlo al Editor de Anagrama en MDD con tan peregrina firma y no pude cumplirlo. Recorrimos 18 librerías del centro histórico del DF y en ninguna de ellas estaba el libro. Una de dos: o el libro se agotó celéricamente o la UV no distribuye…ni siquiera a nivel local de Xalapa. Esto no es una crítica: es una observación. ¿Quién soy yo para criticar? No conseguimos pues el libro del reciente Premio Sergio Galindo. Llegamos al aeropuerto con tres horas de anticipación, abordamos el avión, después de una espera de 50 minutos. Al llegar a Dallas corrimos por pasillos y llegamos a tiempo para tomar el Boing 767 con rumbo a MDD. Tan grande el avión que parece un arca de Noé, dijo L . En el vuelo de 9 horas L me leyó partes de La invitada y “El gato” de JGP –no olvido que JGM me llamó reverendo imbécil por haber escrito que Crónica de la intervención parecía estar escrito con estructuras sintácticas del idioma alemán. Tampoco olvido que JGP, entre sus arrepentimientos públicos de fin de año, escribió que se arrepentía de haber dicho eso de un escritor cuyos artículos leía religiosamente todos los sábados. Con L estuvimos hablando sobre las particularidades de la puntuación de JGP. Las azagatas (errata: quería decir azafatas) de AA y British Airlines son todas maduras. Lejanos tiempos en que las azafatas eran guapas jóvenes. Ahora conjeturo que las que estoy viendo son esas antiguamente guapas jóvenes, que ya han madurado sin bajarse de los aviones… Y ese es el modelo de lo que está pasando en Estados Unidos y muchas partes del mundo: los que ya tenían trabajo se aferraron a sus bases por años y ya los jóvenes no encuentran trabajo. Este en que vivimos es un mundo viejo, deteriorado, sin oportunidades para las generaciones emergentes. Mi amigo el autor de La balada me encarga que en MDD compre tres libros y me pide que vaya a Valencia a visitar a su suegra. Mi amigo Héctor D’Alessandro, escritor uruguayo y coach que vive en Barcelona, es quien va presentar mi novela en el Ámbito Cultural de la Puerta del Sol. Ya está leyendo la novela y dice que es una obra maestra y está haciendo correr el rumor de que yo voy a ser el próximo Premio Nobel Latinoamericano. Creo que lo que ha impresionado a mi amigo es el tamaño del libro, 515 páginas. y el primor con que fue publicado. Dice que mi obra no está emparentada con GGM sino con Rabelais y Cabrera Infante… Lo que me parece bien. Amigos en España han orquestado una publicidad bastante inflada, del tamaño de mi tan cacareada egolatría. El avión de British rumbo a MDD se mueve como un camión totolero entre vientos encontrados con rumbo a Chiconquoiaco. Lleva 220 pasajeros en filas de siete en fondo. Seguiré reportando. 12 de la noche: Tras seis horas de vuelo termino la lectura de “Las dos orillas”, primer texto de El naranjo. Exclamo para mí: cuánto optimismo, cuánto brillo del lenguaje y erudición y saqueo y tergiversación (reinvención) de la Historia. Fuentes ha pregonado a la hibridación y al arte como vehículos de salvación de estos pueblos. Viendo lo que está pasando en México después de tantos siglos de historia llego a la siguiente conclusión: ¡Retórica, retórica, retórica! La historia, lo que está sucediendo en México en la realidad (no en la literatura) está probando que la hibridación (la mezcla de razas) está resultando en un limpio (un sucio) fracaso. Lo que era esplendor azteca hoy es un estercolero de sangre. La retórica literaria de Fuentes ha quedado como divertimento para académicos norteamericanos. La hibridación es otra especie de racismo, así como la globalización ha terminado por ser la negación de la identidad de los pueblos. ¿Quién entiende esto? Los que parecían valores ahora resultan ser valores, oh, san Federico Nietzsche! Y yo dizque a conquistar España con mi literatura. ¡Ingenuo! España ya no soporta otra conquista: el boom le hizo el efecto de una bomba atómica. Nos quedan dos consuelos: o abaratarnos y publicar en Alfaguara o escribir buena literatura para morirnos de hambre con una sonrisa de dignidad satisfecha. Me quedo con la segunda opción y pienso que si vengo a España es para hacer turismo, nada más. Ni el rey me va a recibir ni habrá alfombra roja y ni siquiera mariachis. Lo dicho: voy en camino a alcanzar La Gran Humildad. Un par de horas más y aterrizará el avión. Ya conectado desde el NH Embajador escribo esto sin haber dormido ni un segundo. Mañana será otro día... ¿Qué tal que no lo fuera?
Y ya es el otro día. Caminando por Madrid sin haber dormido ni un momento: primera impresión: un país dedicado a disfrutar de la vida como primera prioridad, gente bella, elegante, bonita, casi todos con un cigarrillo en la mano, a veces se ve un par de personajes mal vestidos, más pequeños y flacos, son latinoamericanos que hacen labores humildes (cuidar a niños rubios, lindos, sonrientes), tiendas de ropa muy elegante, precios exorbitantes: una pulga vegetal cuesta 4 euros (casi 80 pesos) (es una vil torta que en México costaría diez pesos). Los meseros en lugar de atender a los clientes parecen estarlos regañando. Un personaje en el metro (un metro impecable con cinco o seis personas por vagón) me dice quítate, en lugar de decir con permiso. Los madrileños hablan muy alto, como si estuvieran sordos o quisieran llamar la atención constantemente. Calles limipas, pocos policías. Seguiremos informando.
3 comentarios
dale, sigue, Marco, no te pares, no te dejes joder por este mundo que no nos quiere, que se ha vuelto una tómbola donde sólo se venden, y lo peor, se compran, mierdas de todo tipo.
ResponderEliminarBravo MARCO TULIO: El gran NIETZSCHE,
ResponderEliminarLLAMÓ con urgencia a las puertas del siglo veinte; ahora llama con desespero a las puertas del siglo veintiuno: la miseria espiritual y el aislamiento del hombre en los albores del siglo veintiuno, revalidan el acervo nietzschiano.
está bien tu negro humor: vulgratrizarse y publicar el alfaguara o resistir y escribir buena literatura. Tu opoción es la válida. Y no creas que estás solo al refrendarla.
Bravo MARCO TULIO: El gran NIETZSCHE,
ResponderEliminarLLAMÓ con urgencia a las puertas del siglo veinte; ahora llama con desespero a las puertas del siglo veintiuno: la miseria espiritual y el aislamiento del hombre en los albores del siglo veintiuno, revalidan el acervo nietzschiano.
está bien tu negro humor: vulgratrizarse y publicar el alfaguara o resistir y escribir buena literatura. Tu opoción es la válida. Y no creas que estás solo al refrendarla.