Andres Caicedo, Neuman
diciembre 19, 2011ANDRES CAICEDO SE REMUEVE EN LA TUMBA Y NEUMAN SIGUE EN PIE PERO TAMBALEANDOSE
La editorial Norma ha estado publicando las obras póstumas de Andrés Caicedo, yo diría más bien los desperdicios de un escritor malogrado, suicida, que dejó una buena novela ¡Que viva la música! y cinco o seis buenos cuentos. He intentado leer Noche sin fortuna, obra rescatada de algún baúl lleno de papeles viejos que conservaba la familia: insustancial de principio a fin --no pude terminar de leer la novela. Monólogo de un muchacho al borde de la adolescencia, lleno de frustraciones y fantasías, ninguna de ellas lo suficientemente interesantes para atrapar la atención de este lector mañoso que soy y por completo adecuadas para aburrir incluso al más interesado en la mitología caleña. Pienso que el saqueo de los papeles que dejó Andrés en un baúl es un flaco favor que se le hace a un autor que era de culto. Más allá de la mitología que dejó su paso sobre la tierra y los articulos sobre cine, no hay nada de valor, aparte de los textos mencionados. Otra lectura: El viajero del siglo, de Andrés Neuman, Premio Alfaguara 2009. La obra sigue creciendo a mis ojos y logra una especie de cristalización después de la página 250, cuando finalmente Hans, el protagonista, y Sophie, consuman su pasión en una agradable escena. Sin embargo, frente a los verdaderos clásicos como las obras de Pushkin o Chejov lo de Neuman no deja de ser sino un experimento interesante del cual algo se puede aprender y que puede dar algunos momentos de disfrute... hundidos en un pantano de palabrería. Que haya sido recomendado por Bolaño no es garantía de nada. La idea de que la amistad es un valor literario ha sido esgrimida con frecuencia y eso sólo funciona cuando los amigos son en efecto buenos novelistas, como los del boom. Ningún Cuac, Machondo o Postboom va a prevalecer contra ellos hasta que llegue un autor que pueda escribir Cien años de soledad, La ciudad y los perros o Rayela.
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