­

Andanzas en España, hace dos años

noviembre 17, 2013

Presentación el el Portal del Ángel: RM. Botello, MT, Ales Gutiérrez y H D'Alessandro
Abajo el video de las palabras de Héctor D´Alessandro durante la presentación de Historia de todas las cosas en Barcelona


http://www.youtube.com/watch?v=3VDTKYQfx7A



En el viaje de regreso a México mi máneger durmió en el trayecto del hotel de Madrid, el Best Western Carlos V,  al aeropuerto de Barajas; también durmió en el vuelo de Madrid al DF y en el autobús del DF a Xalapa. Yo que soy más ansioso no dormí casi nada. Estuve leyendo una novela de Juan Ángel Juaristo, publicada por Trama Editorial. Un gran estilista el hombre, bien, muy bien su novela.  
Manuel Ortuño, coeditor de mi Historia de todas las cosas me regaló un paquete con tres libros de Mark Twain (los tres ya los había escuchado en audiolibros leídos por Alba, de España). Siempre se agradecen los regresos a casa. Aquí encontramos todo bien. Los muchachos habían pintado (mal) las paredes de la sala y el viejo estudio. Hoy domingo me levanté más temprano que todos y fui a la tienda de doña Mari. Gasté 200 pesos y compré una cantidad de vituallas. Con ese dinero no habría pagado un mal desayuno en Madrid. El resto de la mañana del domingo lo ocupé en poner orden en mi estudio, que parecía una cueva de gitanos. Mañana lunes tendré un violento clavado en mis rutinas: clases en la Unidad de Artes, trámites en Rectoría, pago de deudas, ponerme al día con el trabajo en la Editorial (estoy editando un libro sobre Carlos Fuentes, autor que, por cierto, nunca me ha dejado satisfecho), ir a natación a bajar la panza arduamente ganada comiendo paellas deliciosas, tapas, bebiendo buenos vinos y cerveza. Y en términos cuantitativos mi peso apenas subó 500 gramos, gracias a la vigilancia de mi máneger. 
Los últimos días en Madrid fueron intensos y no he tenido tiempo de cronicarlos. A ver si mañana lo hago. En el DF asisitimos a diez minutos de una conferencia sobre el cuento, emitida por Óscar de la Borbolla, entre nubes de humo. En  la Feria del Libro del Zócalo vi ejemplares de Historia de todas las cosas, Cuentos para antes de hacer el amor y El imperio de las mujeres (en la carpa de Editores Independientes, mesa de la Editorial Educación y Cultura, quise comprar un ejemplar de mi Historia de todas las cosas pero fue imposible: el vendedor no sabía qué precio ponerle. ¡Está faltando la coordinación, Cecilia!
 2011/10/14

Los mercados fugaces de Senegal en Madrid y el triunfo de los artistas callejeros sobre el Museo Reina Sofìa

Como tengo prisa voy a enumerar los temas a desarrollar:

1. Veinte negros corriendo por las calles de Madrid con enormes fardos al hombro.
2, ¿Por qué preferimos recorrer las calles de Madrid en lugar de recorrer el Museo Reina Sofìa?
3. El Caso del Corte Inglés y la competencia.
4. Las enormes filas para comprar lotería.
5. Los mendigos de veinte nacionalidades pidiendo limosna en las calles.
6. La mala fama de las rumanas.
7. La insultada que Pérez Reverte le puso a Zapatero en El País.
8. Fallida invitación a París y fallido encuentro con el famoso Rulito.
9. Balance: ¿cuántos kilos de más llevamos y qué vamos a hacer con ellos?
 
2011/10/13

Día de la Raza en Madrid, El Corte Inglés, el Rey Juan Carlos

Pero antes de la crónica correspondientes les envío el link del video de las palabras que pronunció el escritor uruguayo Héctor D'Alessandro durante la presentación de mi Historia de todas las cosas en el Ámbito Cultural en Barcelona:



12 de octubre de 2011. En lugar de ir a Segovia decidimos quedarnos en Madrid con la intención de asistir a las festividades del Día de la Raza. Lo que pudimos ver fue a una multitud en las calles, aviones, helicópteros, paracaidistas en el cielo. Nos subimos en la protección de un árbol y vimos los penachos de los húsares -no sé cómo llamarlos-, sus elegantes uniformes, sus armaduras plateadas. El rey pasó en una especie de limousina y tuvo la descortesía de no detenerse a saludarme. Aviones impresionantes en el cielo, abucheos al presidente, gritos a Zapatero: ¡Terrorista!
Arriba un conjunto musical de Chechenia. Abajo la ucraniana Laisha.... en la Calle Arenal de Madrid el 12 de octubre
Caminamos por la Gran Vía y llegamos a El Sol. Vimos mendigos rumanos, unos absolutamente miseables, otros con ropa deportiva de marca, vimos magníficos actores y titiriteros latinoamericanos; comí comida turca (me he descontrolado en ese delicado rubro: paellas, butifarras, salmón... y sin embargo no he aumentado de peso, supongo que porque todos los días caminamos kilómetros y kilómetros) mientras que mi máneger insistía en consumir sus ensaladas y sus comidas bajas en calorías.
Mi actitud en España ha sido menos ambiciosa de lo que se podría esperar de una persona como la que soy: no me he desbocado a buscar editores, escritores, relaciones, publicidad, sino que he aceptado lo que buenamente ha ido llegando. Mirar España ha sido más importante que promoverme. Pienso que lo escrito escrito está, y que si ha de salir adelante, saldrá, sin que tenga que ponerme a mendigar atención. Mi máneger ha criticado esta actitud: dice que estoy desperdiciando oportunidades.
En estos momentos de mi vida me importa más disfrutar de lo que tengo que trabajar por conseguir lo que me falta (y la verdad es que, bien consideradas las cosas, no me falta nada). Me he detenido a hablar con varios mendigos y artistas callejeros. Mi máneger tironea de mí: le atrae lo que atrae a todas las mujeres en España: El Corte Inglés, unas supertiendas en las que se encuentra absolutamente todo (dicen). Creo que fue Freud fue el que dijo: "Me he pasado toda la vida preguntándome qué es lo que quieren las mujeres y no he logrado respondérmelo". Tal vez la respuesta a esa pregunta sea: "Lo que quieren las mujeres es... comprar". El almuerzo lo hicimos en un bello restaurante asturiano: comida exquisita.
La Calle Arenal es quizás la calle más emocionante que he conocido: grandísimos artistas al aire libre, belleza circulando, la naturaleza humana en carne viva: lo peor y lo mejor. La artista ucraniana que pueden ver en el encabezado de esta nota logró sacar lágrimas literales de mis duros ojos que han visto tantas cosas que no he terminado de contar en mis libros: por eso que no he contado sigo vivo y feliz de estar vivo.
El Best Western Carlos V es un bello, acogedor, elegante, discreto, hotel al que vale la pena regresar.
 
2011/10/12

Manolo Ortuño, Paula Izquierdo, Juan Angel Juaristo y Rosa Pereda

Manolo Ortuño, editor de Trama Editorial y Director de la Asociación de Revistas Culturales Españolas, también coeditor de mi novela Historia de todas las cosas, organizó un almuerzo en el restaurante Enzo, con el objetivo de presentarme a un grupo de amigos escritores, académicos y críticos de la comunidad literaria de Madrid: la guapérrima Paula Izquierdo Mendoza, novelista bien conocida y respetada (cuyos libros, he de confesar, no conozco pero espero leer), Juan Ángel Juaristo, novelista también y reseñista de planta del ABC de Madrid, y Rosa Pereda, institución en el mundo literario español (hablo de oídas, vuelvo a confesar).
Estaba presente también Armando Mena, director de la Librería de la Benemérita Universidad de Puebla. Me presentó el señor Ortuño a sus amigos, haciendo una breve semblanza, no exenta de cierto humor. Luego me hizo algunas preguntas. Después, en un café al aire libre, pasamos a tratar asuntos graves: la situación de México y de España. Privó entre los españoles un ánimo de escepticismo con respecto a la situación de los escritores y los críticos en España. No hay fuentes de trabajo, no hay dinero, no hay oportunidades. Y en verdad que no sólo los intelectuales y los artistas están en esta situación de ausencia de futuro y expectativas, sino en general todas las personas con las que he hablado. Madrid y Barcelona están tomados por extranjeros de todas las nacionalidades, hay saltimbanquis por todas partes, se ve a mendigos de Polonia, Rumania, Italia, África pidiendo monedas. Y entre ellos el jolgorio de los turistas alemanes, japoneses y chinos derrochando euros. Pagando por un jugo seis euros, por un café cuatro euros, pagando 200 euros por una noche de hotel (con ese dinero una familia mexicana humilde podría sobrevivir cuatro o cinco meses).
Mi máneger y yo no hemos hecho otra cosa que "fatigar" los tobillos caminando kilómetros y kilómetros por Madrid  y Barcelona, verificando que a pesar de tan cantada crisis, las ciudades son muy diferentes a las de Latinoamérica: hay orden, limpieza, respeto, ah... y un tremendo culto a la palabra "mierda" que repiten interminablemente, aderezada con otras palabrotas. Hasta ahora mis investigaciones me han llevado a clasificar a los españoles en cuatro categorías: los que aman a los inmigrantes y los que los detestan; los que le van al Real Madrid y las que le van al Barcelona. Naturalmente que hay otra categoría de españoles, pero hasta ahora no los he conocido. Mañana se celebra el Día de la Raza y se anuncian grandes celebraciones con paracaidistas de los que caen del cielo (no de los mexicanos, que brotan de la tierra).  La Duquesa de Alba mientras tanto ha bailao un zapateao sobre las miserias de España y aparece rozagante a sus 85 años en las portadas de las revistas del corazón. Ha vuelto a casarse con un guapo individuo que la acompañará a bailar sus próximas jotas. Y además ha dicho que lo que más desea es disfrutar de otros 85 años de jolgorios y que ella nos enterrará a todos.
 
2011/10/11

Otra vez Madrid

Video de la presentación de mi novela Historia de todas las cosas en Barcelona:


De regreso en Madrid, sin mucho que contar: caminatas por Las Ramblas de Barcelona, rumbo al Maremagnum, compras para los hijos y la nieta; un buen vuelo en Iberia escuchando la música de siempre, creo que se llama En los jardines de la Alhambra, de Joaquín Rodrigo; la ruptura del cable de mi lap top (lo que limitará mi comunicación, pues deberé usar la de mi máneger); la comparación entre Barcelona y Madrid (Barcelona una Babel: antenoche en la Calle Boquería del Barrio Gótico, tres prostitutas algo pasadas de copas y de hambre me acorralaron: una me lanzó una mano al corazón que me tiembla en el bajo vientre mientras las otras dos intentaban acercamientos más inspirados en el dios Caco que en Venus Calipiga: tuve que huir elegantemente sin desairarlas y sin quemarlas con el café que llevaba para mi máneger en vasos desechables... eso sucedía a las dos de la mañana en una calle de Barcelona).
Madrid: menos multitud, menos variedad de nacionalidades, precios exorbitantes, caminar y caminar, fotos frente al Palacio Real (o algo así)... Por cierto: Juan Carlos no quiso salir a saludarme, lo que me pareció una descortesía. En lo referente a hoteles hemos mejorado considerablemente: del Condal (lo llamo Congal: no de tres estrellas ni de tres cucarachas: un hotel limpio y elemental) de Barcelona, al Hotel Best Western Carlos V en Madrid: pequeño, céntrico, elegante, recepcionista amable. Madrid en el centro parece una ciudad en plena fiesta. Hay poco tránsito, la gente no anda enloquecida. Fuimos a comer al Mercado San Miguel: 35 euros por comer tres pequeñeces. No lo traduzco a pesos mexicanos porque sería obsceno asunto. Habrá que ahorrar los próximos días. Mañana es la reunión con "cinco miuras del mundo editorial" español. El editor de Trama Editorial lo ha dicho en broma, pero debo estar prevenido. Y la verdad ni me asusta el asunto ni me impresiona. He estado con Sábato, Donoso, Vargas Llosa, García Márquez y en ningún caso me he sentido apocado. Al contrario: generalmente me he crecido al castigo. Bueno, son las dos de la mañana. Me despido. (En mi blog alterno, "Mongolia Central", hay fotos recientes).

RELACIONADAS

0 comentarios

Seguidores