Crónicas de la Feria del libro de Guadalajara
diciembre 02, 2013
Resumen de crónicas de la Feria del Libro de Guadalajara: Primer día:
Breve encuentro con Fernando Vallejo. Estaba dejándose tomar fotos con los lectores tras la presentación de su nuevo libro. Me saludó, me dijo "cómo estás, estoy en el Hilton" (pero no lo entendí somo invitación sino como forma de marcar diferencias: Yo estoy en el Guadalajara Plaza Expo, 500 pesos abajo).Dejé al puteador de Babilionia en su oficio deferias. Lo vi un poco más cordial que hace un par de meses. Le tomé un par de fotos pal blog.
De regreso al hotel me perdí y estuve caminando casi dos horas. Mañana me cambiaré a otro hotel más cerca de la feria.
Lleno total el la presentación de un libro de Antonio Ortuño. Gran cantidad de presentadores.
No pude ir a la presentación de Naief Yehya, que ofrecía un título con algo de pornografía.
Hay 20 presentaciones al mismo tiempo.
Visité los stand de la U Veracruzana y de Editoriales Mexicanas Independientes, donde están mis libros. Pasado mañana espero estar un rato en el stand de la Veracruzana hablando con lectores y firmando libros. Asistiré mañana el Taller de Derechos de Autor, con 120 editores, más bien de curioso, a ver qué aprendo. De puro pendejo no me traje el cable para pasar las fotos, de modo que la reporteada va a estar mocha. Ríos de gente. Cientos de soldados y policías.
Segundo día
Dentro de una hora va la crónica del día con los encuentros con Vargas Llosa (sin foto pues olvidé un cable; subiré la foto después). La editora global de Alfaguara, Pilar Reyes: la vi bastante delgada y maltratada por la vida, como una madona guera bastante trajinada. Hablé con una agente literaria (Nicole Witt):bastante severa. Mañana tendré una reunión formal con Lynette Owen, poderosa gestora editorial de Gran Bretaña (muy interesada, se asustó por el tamaño de Historia de todas las cosas).
Desayuno en el Guadalajara Plaza Expo, cena en el Hilton. E ncuentro fugaz con el reciente premio Alfaguara (bastante seco: no le gustó mi reseña).
La celebración de los 50 años de Alfaguara: cantos celebratorios hasta el delirio por parte de sus autores. El Xavier Velasco, el diablo guardián, se llevó la noche con su gracia de falso niño fresa.
Me invitaron a oír a Shimon Pérez y Felipe González. Entré al salón y me salí inmediatamente. Demasiada gente.
No pude estar en el stand de la Veracruzana ni un minuto y mañana tampoco podré hacerlo, pero pasado mañana sí.
Vargas Llosa se llevó dos libros míos. No se acordó de nuestro pasado encuentro, ¡hace 40 años!, pero fue muy amable a pesar de que alrededor de él había bastante gente que quería alejarlo lo más pronto posible.
Día pesado, pero ya en el hotel business class puedo descansar (anoche me quedé en el Arboleda, que no tenía ni llave y en el que había un recepcionista cegatón y ni un solo botones).
Más tarde.
Se me hace que dejaré la reseña para mañana. Solo les cuento lo de Vargas Llosa. Me acerqué a él despues de la celebración de los 50 años de Alfagura. Le di la mano y le dije "¿A ver si tienes buena memoria?: hace 40 años en un encuentro internacional de escritores organizado en Cali por Gardeazábal, un muchacho de 20 años habló contigo y te dijo que quería ser escritor".
Me miró cómo diciendo a dónde va esta historia.
"Ese muchacho soy yo", le dije.
Me respondió:
"Me acuerdo del encuentro de escritores de Cali pero no de ti".
Le dije mi nombre.
Ah, dijo como si me reconociera no como persona sino como escritor.
Me abrazó. Pilar Reyes, editora de Alfaguara España nos tomó la foto.
Vargas Llosa se llevó mi Historia de todas las cosas y Agua clara en el Alto Amazonas.
Luego la editora se lo llevó casi a rastras al Hilton.
No me les adjunté.
Nadie me había invitado y además por ahí estaba otra editora de Alfaguara con la que no tengo buenas relaciones.
Horas antes Lara Zavala me había saludado diciéndome que soy un cabrón, pero no me explicó por qué, si la verdad es que soy bastante buena gente, casi un buen salvaje.
Elmer Mendoza después me dijo que le gustaba que yo fuera cabrón y pidió que nunca cambiara. Este país necesita cabrones como tú.
Hmm. Asunto para meditar.
Breve encuentro con Fernando Vallejo. Estaba dejándose tomar fotos con los lectores tras la presentación de su nuevo libro. Me saludó, me dijo "cómo estás, estoy en el Hilton" (pero no lo entendí somo invitación sino como forma de marcar diferencias: Yo estoy en el Guadalajara Plaza Expo, 500 pesos abajo).Dejé al puteador de Babilionia en su oficio deferias. Lo vi un poco más cordial que hace un par de meses. Le tomé un par de fotos pal blog.
De regreso al hotel me perdí y estuve caminando casi dos horas. Mañana me cambiaré a otro hotel más cerca de la feria.
Lleno total el la presentación de un libro de Antonio Ortuño. Gran cantidad de presentadores.
No pude ir a la presentación de Naief Yehya, que ofrecía un título con algo de pornografía.
Hay 20 presentaciones al mismo tiempo.
Visité los stand de la U Veracruzana y de Editoriales Mexicanas Independientes, donde están mis libros. Pasado mañana espero estar un rato en el stand de la Veracruzana hablando con lectores y firmando libros. Asistiré mañana el Taller de Derechos de Autor, con 120 editores, más bien de curioso, a ver qué aprendo. De puro pendejo no me traje el cable para pasar las fotos, de modo que la reporteada va a estar mocha. Ríos de gente. Cientos de soldados y policías.
Segundo día
Dentro de una hora va la crónica del día con los encuentros con Vargas Llosa (sin foto pues olvidé un cable; subiré la foto después). La editora global de Alfaguara, Pilar Reyes: la vi bastante delgada y maltratada por la vida, como una madona guera bastante trajinada. Hablé con una agente literaria (Nicole Witt):bastante severa. Mañana tendré una reunión formal con Lynette Owen, poderosa gestora editorial de Gran Bretaña (muy interesada, se asustó por el tamaño de Historia de todas las cosas).
Desayuno en el Guadalajara Plaza Expo, cena en el Hilton. E ncuentro fugaz con el reciente premio Alfaguara (bastante seco: no le gustó mi reseña).
La celebración de los 50 años de Alfaguara: cantos celebratorios hasta el delirio por parte de sus autores. El Xavier Velasco, el diablo guardián, se llevó la noche con su gracia de falso niño fresa.
Me invitaron a oír a Shimon Pérez y Felipe González. Entré al salón y me salí inmediatamente. Demasiada gente.
No pude estar en el stand de la Veracruzana ni un minuto y mañana tampoco podré hacerlo, pero pasado mañana sí.
Vargas Llosa se llevó dos libros míos. No se acordó de nuestro pasado encuentro, ¡hace 40 años!, pero fue muy amable a pesar de que alrededor de él había bastante gente que quería alejarlo lo más pronto posible.
Día pesado, pero ya en el hotel business class puedo descansar (anoche me quedé en el Arboleda, que no tenía ni llave y en el que había un recepcionista cegatón y ni un solo botones).
Más tarde.
Se me hace que dejaré la reseña para mañana. Solo les cuento lo de Vargas Llosa. Me acerqué a él despues de la celebración de los 50 años de Alfagura. Le di la mano y le dije "¿A ver si tienes buena memoria?: hace 40 años en un encuentro internacional de escritores organizado en Cali por Gardeazábal, un muchacho de 20 años habló contigo y te dijo que quería ser escritor".
Me miró cómo diciendo a dónde va esta historia.
"Ese muchacho soy yo", le dije.
Me respondió:
"Me acuerdo del encuentro de escritores de Cali pero no de ti".
Le dije mi nombre.
Ah, dijo como si me reconociera no como persona sino como escritor.
Me abrazó. Pilar Reyes, editora de Alfaguara España nos tomó la foto.
Vargas Llosa se llevó mi Historia de todas las cosas y Agua clara en el Alto Amazonas.
Luego la editora se lo llevó casi a rastras al Hilton.
No me les adjunté.
Nadie me había invitado y además por ahí estaba otra editora de Alfaguara con la que no tengo buenas relaciones.
Horas antes Lara Zavala me había saludado diciéndome que soy un cabrón, pero no me explicó por qué, si la verdad es que soy bastante buena gente, casi un buen salvaje.
Elmer Mendoza después me dijo que le gustaba que yo fuera cabrón y pidió que nunca cambiara. Este país necesita cabrones como tú.
Hmm. Asunto para meditar.
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