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Una página de Mi querido diario hace tres años

noviembre 13, 2013

Siendo de una generación más o menos cercana a la de los del boom, tuve el privilegio de estar cerca de dos de ellos, de aprender de sus libros y incluso de pelearme siempre cariñosamente. Sobre mi relación con García Márquez he escrito bastante y con frecuencia en periódicos, revistas, este blog y en mi libro Poéticas y obsesiones. Sobre mi relación con Donoso, escribí en una de mis novelas del ciclo El libro de la vida, revelando respetuosamente con muchos años de adelanto algunos aspectos desconocidos de su vida (que luego develaría su hija en Correr el tupido velo). Vargas Llosa me dio la espalda para ocuparse de unas señoras guapas en Cali. Mercedes Barcha, esposa de García Márquez,  siempre fue cariñosa pero incumplió la promesa de invitarme a cenar a su casa. Pilar Donoso supo de las intimidades homofílicas de su marido y me dio a entender que las aceptaba con estoicismo y hasta cierto grado de complicidad. Vargas Llosa me dijo, cuando yo apenas estaba empezando a escribir: "¿Para qué quieres escribir y ser famoso? Eso sólo trae problemas".
Hoy después de dos años de natación volví a jugar básquet: le gané cuatro partidos al Canguro, un individuo de mi rodada. Mis rodillas resistieron, de modo que este fin de año será de cáscara. Cena en casa: mi máneger preparó espaguetis al ajo y pollo con mole. No pude prender la chimenea porque una niña invitada dijo que Santa Claus no iba a poder bajar por la chimenea. Yo me regalé el arreglo de mi lap top número dos, Toshiba viejita, que había dejado caer sobre la alfombra de mi estudio. También me regalé el servicio de mantenimiento de mi lap top número uno, más nueva... y unos goggles Speedo... Ah, y pagué ¡23 000 pesos de tenencias atrasadas de mi VW Polo!
José Donoso le escribe a su mujer: “De ahí la falta de placer, de ahí la masturbación, que es gratuita, con la cual no tengo que probarme nada a mí mismo, sino todo lo contrario, puedo mantener mi independencia”. En Correr el tupido velo, la hija de Donoso pinta a su padre como un ególatra ensimismado en sus obras, un homosexual reprimido; pinta a Pilar, la esposa de Donoso, como una mujer débil, entregada al alcohol y a las drogas, viviendo como la sombra de su famoso esposo. La hija de Donoso escribió el libro, después se suicidó. Donoso prefería masturbarse que intentar satisfacer a su esposa, que fue virgen hasta los 36 años y aparentemente nunca logró disfrutar de su sexualidad. Triste destino de los hijos y las esposas de muchos grandes artistas. De los seis hijos de Thomas Mann, dos --Michael y Klaus-- se suicidaron recurriendo a sobredosis de medicamentos. Dos de sus hermanas también se autoinmolaron.  Las familias de Fuentes sufrieron la vida al lado de un escritor que siempre se sintió y quiso estar bajo los reflectores. De mí  nadie tendrá que decir nada que yo no haya dicho.  Esto que estoy escribiendo es, también, una confesión inverecunda, no sé si cínica, a campo abierto.

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