TAIBO A LA HOGUERA

diciembre 01, 2018

HOY QUE PACO IGNACIO TAIBO II ha ganado tanta notoriedad a partir de una frase lapidaria
                                              "se las metimos doblada"
frase que ofendió al México de la corrección política, a las feministas, a las mujeres en general, a los priistas, a los intelectuales fifí tipo Letras Libres y Nexos, a los escritores sin lectores, sin ediciones, sin atención de la gran prensa y a los defensores de la pureza de la lengua, la castidad de las ferias de libros y la elegancia de los escritores famosos tipo Alfaguara...
se me ha ocurrido, de puro ocioso y oportunista que soy
escribir un texto que se llame MI PACO IGNACIO TAIBO II
y dice así:
Lo conocí en la casa de su padre a una mesa de almuerzo, durante los tiempos en que Paco Ignacio Taibo I era coordinador de las páginas culturales de El Universal. Taibo I me invitó a colaborar y un día recibí invitación a su casa.
Lo que recuerdo de aquel almuerzo es el tremendo alboroto que armaban todos los taibos a la mesa, un alboroto tremendo...Nada más eso recuerdo...No me acuerdo que ahí estuviera el Taibo hoy famoso.
Recuerdo que un día lo invité a presentar una novela mía y que no hizo acto de aparición. Mandó decir que tenía ciática.
El tercer recuerdo que tengo con Taibo II es en la Hacienda de Los Morales de la Ciudad de México, hace quince años quizás, donde se llevaban a cabo, entre reinas de belleza y una orquesta de cámara y muchos personajes elegante, las deliberaciones del concurso de novela Planeta-Joaquín Mortiz (muchisssimo dinero en juego)...
Había diez finalistas (yo era uno de ellos) que iban siendo eliminados gradualmente después de que un jurado deliberaba quince minutos (en ese jurado estaban Joaquín Diez-Canedo y Gustavo Sainz).
Yo fui eliminado en la cuarta ronda.
Recuerdo que todo el mundo, antes que se diera el resultado,  decía saber que el concurso ya tenía un ganador: Paco Ignacio Taibo II.
Y pues ganó Paco Ignacio Taibo II.
Ah, y tengo otro recuerdo: la lectura de una novela que se llamaba y supongo se sigue llamando Algunas nubes. Recuerdo que esa novela me gustó mucho, que escribí sobre ella y que eso me acercó a Taibo II.
Ese es mi Taibo II. Debe haber tantos taibos como personas lo hayan conocido.
Lo que siempre me llamó la atención es que nunca se separara de su Coca-Cola y su cigarrillo en los labios. Como que estaba encarnando a un famoso detective que se llamara Taibo II.

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