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EGÓLATRAS O HIPÓCRITAS

enero 21, 2009

FILOSOFÍA DE PACOTILLA
(En la foto MT en la azotea de su casa, al fondo el cielo.)
En horas de oficina, particularmente en la Editorial de la Universidad Veracruzana, de vez en cuando, en los coloquios de los sabios que allí medramos, salta de pronto la frase célebre, sabia, brillante o estúpida, que pronto se disipa en el aire y se olvida.
Hoy, hablando con el poeta Ramón Rodríguez, partidario acérrimo de il dolce fare niente, es decir, la güeva o la pereza, llegamos a la siguinte conclusión:

LOS SERES HUMANOS SE CLASIFICAN EN DOS CATEGORÍAS: EGÓLATRAS E HIPÓCRITAS

¿A cuál categoría se adscribe usted, querido lector? Recuerde que a la fecha solo hay nueve lectores de este blog, de modo que la respuesta a esta pregunta será muy importante cuando llegue la hora de las estadísticas.
Le pregunté a mi compañera Magda --que habita a metro y medio de mi escritorio durante varias horas de su vida en la Editorial-- que en cuántas categorías se dividían los seres humanos. Me dijo que en dos:
MARCO TULIO Y TODOS LOS DEMÁS
Le pregunté a mi compañero y amigo Silverio que en cuál categoría se inscribía: ¿Ególatra o hipócrita? Me respondió: Yo me clasifico como ególatra.
¡Falso!, le respondí, estás siendo hipócrita...
Y es que en verdad Silverio cree ser un espíritu auténticamente cristiano. ¿Y en cuál categoría se clasifican los cristianos? Si no son ególatras, son... He tratado de convencer a Silverio de que la vida virtuosa es enemiga de la literatura pero no me quiere creer... Persiste en su cristiana vida. Ni Pushkin ni Dostoyevski ni Tolstoi ni Paganini ni Miguel Angel ni casi ninguno de los grandes fueron ejemplo de virtud cristiana. Incluso el magnífico San Agustín y el gran abominador del matrimonio, San Pablo, fueron entusiastas pecadores.

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