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EL MOTOR DE LA AMBICIÓN

enero 17, 2009

La insaciabilidad

Si hay un rasgo que me caracteriza es la insaciabilidad. No me basta saber que El imperio de las mujeres. Cuentos en lugar de hacer el amor va salir publicado en mayo, ni que la novela Historia de todas las cosas está en manos de la agencia Carmen Balcells y que posiblemente con esta novela alcance difusión mundial. No me basta saber que Cuentos para la princesa Mariann ya anda bien encaminada a una buena edición, sino que me he metido de lleno en la versión número doce de mi novela ambientada en la Amazonia Colombiana. Con la misma temática he escrito cuentos de 15, 20, relatos de 45, 60, 85, noveletas de 100, 120, 150, novelas de 250, 300 y 350 páginas. ¡Ninguna versión es la definitiva! Todas son definitivas.
Para la versión más reciente, de 108 páginas, me de trasnochado una semana entera y hoy, por fin, ya la mandé imprimir. El envío a Europa me va a costar 150 dólares.
¿Qué gano con tantas botellas gordas echadas al mar? ¿Dinero? Posiblemente. No creo ser hipócrita al decir que el dinero es lo de menos. Lo que me emociona sobremanera y me sostiene vivo, contento, expectante, es la idea de que tengo algo importante que esperar. Uno de mis mayores placeres es escribir en mi agenda: "mayo 2009"... resultado de X; "junio de 2009", publicación de Y; agosto de 2009, derechos de autor de Z. Mientras más anotaciones de éstas tenga en mi agenda, más feliz soy. Ya otras expectativas me parecen vanas. Pero más grande que todo lo anterior, más emocionante, me parece saber que tengo un trabajo grande en el futuro: la corrección de mi novela grande El sentido de la melancolía, que tiene a la fecha exactamente 1111 páginas.
Para mí no existe mayor felicidad que escribir. Soy capaz de aplazar el básquet por escribir. A ese extremo llega mi fanatismo. Los que no me conocen no me quieren tal vez por esta desmesura que tiñe todos mis actos. Soy un trago amargo para los mediocres. Y al que no le guste: ¡que cambie de canal!

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