MAS AGUJERO NEGRO

octubre 24, 2009


UNA INVITACION A INGRESAR EN EL AGUJERO

Por Germán Martínez Aceves

Germán es un compañero de trabajo de la Editorial de la Universidad Veracruzana. Locutor, productor de radio, es un sol que irradia cultura interminablemente, humilde y buena persona, mucho más inteligente y brillante de lo que cree, escribió el siguiente artículo, una cala certera y profunda a mi libro más reciente, que pensé era sólo una colcha de retazos y resulta ahora que le ha gustado a mis amigos --es claro que quienes escriben sobre mi obra son mis amigos; "y no me arrepiento de ellos" como diría el poeta Cenamor. Una cosa tengo clara: Germán y mis amigos me están enseñando algo a lo que debo poner atención.

Fernando Savater dice que “nada grande se ha hecho sin pasión” y Marco Tulio Aguilera Garramuño anda sin descanso tras de la grandeza arropado por la pasión de escribir para encontrar el sentido de la vida. De igual manera que no duda en lanzarse un clavado en el agua a la menor oportunidad, con ese mismo arrojo se arma de palabras y las vuelca en el papel.
De su cada vez más vasta producción bibliográfica, Marco Tulio Aguilera nos ofrece ahora Maelström Agujero negro, una recopilación de escritos que juegan con el relato, el ensayo y la crónica de viaje.
Maelström es sustantivo escandinavo que, de acuerdo con Wikipedia, le da nombre a un torbellino que se encuentra en las costas meridionales del archipiélago noruego de las Lofoten, en la provincia de Nordland. Remolino que se forma por las corrientes encontradas. En tanto que rl agujero negro es un espacio-tiempo en el universo en donde algunos aseveran que hay otras dimensiones. Vaya manera de sintetizar las poéticas y obsesiones de Marco Tulio: en un torbellino y en un agujero negro
En su prólogo, escribe el propio autor: “La intención de este libro es someter al lector a las leyes de lo confuso y dispar, de los caprichos del azar o del tiempo, que de alguna manera todo lo mudan (…) Así mi lector (…) hallará los más dispares textos, a veces los más descabellados: junto a sesudos estudios, fábulas, capítulos o resúmenes de novelas, indagaciones en las obras de Shakespeare (…) artículos casi periodísticos, crónicas de viajes, cuentos de alguna manera extravagantes”. En total: 18 piezas literarias.
Los escritos de Marco Tulio Aguilera son imaginativos, incisivos, dotados de dosis de humor, fieles a sus obsesiones y tocados por el halo mágico de las relaciones amorosas que las vive, sufre y disfruta a través de alter egos.
“Un hombre que era extranjero hasta de sí mismo se enamoró de una mujer extraña. Y se lo dijo. Pero ella era una mujer extraña, muy solitaria, indiferente, con pájaros en la cabeza”. Así inicia la “Fábula del mar en los ojos”, el punto de partida del Maelström Agujero negro, la mujer le pide al foráneo que la lleve a ver el mar a pie, desnuda y con una venda en los ojos: “Antes de quitarme la venda me describirás el mar. Luego, cuando yo lo vea con mis propios ojos, sabré si puedo amarte o no”. De alguna manera es lo que nos hace el escritor a los lectores, ponernos una venda para describirnos sus historias y cuando lleguemos al final de ellas, sabremos si nos gustan o no, si fue placentero entrar a este torbellino que nos conduce a otras dimensiones.
Entrados ya al remolino podemos saber tal vez del secreto entre una mujer y un pintor; del alucinante señor de los sueños; del periodista que se convierte en perro (no precisamente por fiel y solidario); de la dosis de energía del viejo Rafaelli de apenas un metro cincuenta y siete que alcanza el cielo con la motivación de la renovación en el amor; o de las punzantes ideas de Fernando Vallejo señalando los cambios climáticos en el planeta.
En este Maelström Agujero negro intenta responder una pregunta con misión imposible ¿Qué es una mujer?, y confiesa: “No lo sé. No lo sabe nadie. Toda auténtica mujer es una suma de misterios”; habla de sus historias imaginativas con mujeres; ingresa en una bella historia al sentido de la melancolía, “la melancolía es la sombra del infierno sobre la tierra”; trata sin el barniz fácil de la adulación a Sergio Pitol y a Gabriel García Márquez y así se suceden más historias que, como remolino, podrá verse el principio pero tal vez nunca el fin.
Pero la joya al ingresar a este Maelström Agujero negro es la crónica de viajes “Una semana en el Amazonas”, al menos es la que más disfruté, narración que le hace honor a la exuberancia de la naturaleza y a la infinidad de historias que surgen en cada avance sobre la inmensidad del río. Nativos y “civilizados” son personajes en un escenario que desborda majestuosidad entre fábulas, citas textuales y el encuentro con lo inesperado, con la avidez de aprender del otro entre moscos anófeles, jejenes y todo tipo de fauna. Sin ser El corazón de las tinieblas de Conrad nos enteramos de las mezquindades humanas, sin tener el manejo de los asuntos amorosos de Shakespeare sabemos del amor de un perro por su dueña y sin los atavismos morales de Margaret Mead sobre las etnias, nos encontramos con pobladores de prácticas y sentimientos primigenios como los guaharibo (quienes) “parecía(n) haber hecho de la irresponsabilidad y el relajo su filosofía de existencia” ¡Quién como ellos!
Si desea ingresar a un Maelström Agujero negro, lo puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario, Xalapeños Ilustres 37, en La Rueca de Gandhi, Úrsulo Galván 65; Árbol de Lectura, Xalapeños Ilustres 51, LIBRHeras, Xalapeños Ilustres 44 y la Feria Permanente del Libro Universitario, Hidalgo 9.

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