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LA NIÑA RUSA DEL BIKINI ROSA

julio 08, 2012

El escritor de medio pelo yacía en su tumbona en el Hotel Sandos Playacar cuando tuvo la visión fulminante de la belleza perfecta. Es una niña de quizás trece años, enfundada en un sutil bikini de color rosa que transparentaba todos sus encantos. Se había quitado con toda tranquilidad y conciencia de su bellezo  un bañador blanco a rayas y se exhibió gloriosa frente a aquel hombre que ya debía pasar de los sesenta años. Lo vio mirarla de reojo y accedió a reciprocarle la mirada. Luego se paseó ida y vuelta. Se quitó un traje de playa a rayas. Entró en la piscina y luego salió aun más desnuda que antes y volvió a pasearse frente al hombre, que no podía disimular su admiración. Se escondía tras un libro de Vilas Matas y lo apartaba ligeramente para mirarla. Ella, cada vez más consciente de la admiración, volvó a pasar al frente. El hombre le preguntó: english, french, italian? Ella denegó. Finalmente dijo russian. El hombre inmediatamente buscó un nombre ruso para asignárselo: Sonia, como un  personaje de Dostoyevski. Súbitamente apareció una mujer de mediana edad y le dijo es el colmo, hasta donde ha llegado tu perversidad, es solo una niña.El escritor se clavó en el libro y sin embargo siguió mirándola, mientras su mujer, desde la piscina le espiaba  hacie´ndose la disimulada. Bailaba al ritmo de la música y sonreía, como burlonamente. Luego se acergó una mujer entrada en carnes, ligerante rubia, que le dijo algo incomprensible, quizás ya vámonos. A partir de entonces la niña est´pa todas las tarde en la misma tumbona, con el mismo bikini sutil. El hombre procura no mirarla pero le es imposible.

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