Antes de leer el texto, los invito a ver lo que verán en el vínculo abajo...
http://www.youtube.com/watch?v=FsZlXe0XaHw&lc=CYc5WeU0MtQX3NQ-PL03VklcULeKqomUZWWm4Dm_yvI&feature=plcp
Me pongo mi equipo de campeón olímpico de la
Colonia Burócratas Federales. Tres kilómetros de trote hasta la cancha. Básquet
bajo un sol yucateco. Cervezas bajo los árboles con los maleantes de Economía,
los mismos que me atacarón en masa hace un año. En el café de 7 a 10 pm. Regreso
a casa. Primera vez que enciendo la TV en cuatro meses. Poco, aparte de la
incomparable naturaleza de mil verdes, me puede ofrecer esta ciudad envuelta en
niebla casi eterna. leí y escribí lo siguiente: He terminado de leer La colmena. Cela es implacable, tan inhumanamente humano
que uno se pregunta si un ser tan acerbo puede ser feliz. Un ser con ojos, con
ojos, más que con imaginación. Que no hace concesiones a nadie ni se inclina
hacia ningún ismo que no sea el de la plana, redonda, redomada riqueza y
patetismo de la realidad. Hay que haber visto, vivido, gozado y sufrido, sobre
todo hay que haber sido despiadado e impertinentemente curioso para escribir un
texto como La colmena. Cela lo publicó a los 35 años.
Lo trabajó durante cinco años. Dice en el prólogo de la primera edición: Esta novela mía no aspira a ser más -- ni
menos, ciertamente— que un trozo de vida narrado paso a paso, sin reticencias,
sin extrañas tragedias, sin caridad, como la vida discurre, exactamente como la
vida discurre.
http://www.youtube.com/watch?v=FsZlXe0XaHw&lc=CYc5WeU0MtQX3NQ-PL03VklcULeKqomUZWWm4Dm_yvI&feature=plcp
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Foto tomada del muro de Facebook de Javier Murguía |
Y hoy, 5 de septiembre de 2012, 32 años después, mientras
estoy escribiendo esto me doy cuenta de
que en la novela que por entonces tenía en proceso, Monterrey, Así es la vida, finalmente publicada bajo el título de Paraísos hostiles, de alguna manera quise
repetir el proyecto de Cela: mucha, mucha gente reunida toda en un mismo sitio,
y cada una contando su historia. La diferencia es que yo sí le busqué un
sentido general a esa “comedia humana” y lo encontré en el último capítulo de El
origen de las especies. Reproduje
las líneas finales: “No hay más ley que la guerra no otro consuelo del amor.
Así es la vida”.
El fracaso lamentable (y explicable:
el editor, Marco Antonio Jiménez, ya iba en picada hacia la bancarrota y la obra es todo menos
convencional) de esta novela en la que trabajé tantas horas de pie ante un
atril que sostenía mi Olvetti Lettera 22, no me hace pensar que sea inferior a
otras, que recibieron, como Mujeres amadas 60 u 80 reseñas casi todas
elogiosas, o como Breve historia de todas
las cosas, a la que en el 2009 le quité la palabra “breve” y le agregué 200
páginas, que fue comparada con Cien años de soledad y elevada por medio
de valoraciones críticas casi insuperables. El fracaso de Paraísos hostiles, no hace que yo la considere inferior. Es una
novela cerrada y pulida como una esfera de acero quirúrgico caída del cielo. Sé
que vale. No ha habido reedición. Tengo tres ejemplares envueltos en pástico.
Ya le llegará su hora. Y si no le llega. ¡A la mierda! Le echo un cinco al
piano y sigo el vacilón.
Debo escribir más sobre esta novela
inquietante. Lo haré después de dedicarme a algo más leve y aéreo.
Fin del Diario del 16 de julio al 20 de octubre de
1980
Mensaje
abierto en Facebook firmado por Armandosky Carrugoski: No existe placer más grande para Marco Tulio Aguilera que nutrir su ego en la red, en su casa, en cascaritas de
básquet, en la natación, en los congresos, en las fiestas y obviamente en la
red. No se cansa de hacerse publicidad, no se aburre de repetir enlaces en su
muro, se jacta de que su novela: “historia de todas las cosas” es una de las
novelas más arrobadoras de todos los tiempos, presume de tener una próstata de
adolescente, se vanagloria de que el egocentrismo es lo que ha provocado el
progreso de la humanidad, sigue la quimera de que va vivir 130 años, exige el
premio nobel, critica a los mediocres pero hace la excepción con las mujeres
que tienen buen tafanario, y se puede decir mucho más, pero me lo voy a
reservar para la reseña que le voy a hacer de su famoso libro. Y su lema
predilecto es el siguiente: ¿Es fácil ser humilde cuando se es grande? ¿Cuál
hipócrita dijo eso?