HACE CUATRO AÑOS (MI QUERIDO DIARIO)
mayo 22, 2012Sábado
6 de diciembre de 2008. Anoche dormí exactamente tres horas
cuarenta y ocho minutos, desde las diez de la noche hasta la 1: 48 de la
mañana. Llegué hasta la página 300 en la corrección de Historia de todas las cosas. En realidad no es solo corrección
sino reescritura. Algunos personajes han crecido y tomado papeles más
protagónicos, particularmente el negro Vladimiro (inventado) y Californio el Simple,
cuya personalidad se basa en el famoso Tribilín, alias Mocolevá, una criatura
angélica e imaginativa que iluminó al San Isidro real durante muchos años. No
he cumplido con el propósito de encerrarme por completo, pues mis ojos exigen
descanso de la pantalla de computadora y mi cuerpo pide ejercicio. Ayer fui a
la cancha de la Magisterial y jugué relativamente bien. En un partido de cinco
metí todos los puntos. MisterColombias, cinco; enemigos, cero. Allí estaba el
gordo gigantón con el que me lié a puñetazos. Es más grande de lo que
imaginaba. Debe medir un metro ochenta y cinco y pesar más de cien kilos. El
tipo me evitó, aunque jugamos en equipos contrarios. Era obvio que ya no quería
el segundo round. Yo tampoco. Como no estaba seguro si el gordo había sido mi
contrincante, le pregunté al Bogart. Me dijo que sí, ése era. Hoy me siento
cansado después de escribir desde las dos de la mañana, después de ordenar y
limpiar la minicocina de mi apartamento, después de avanzar en la lectura de un
manuscrito de un escritor argentino, Pablo Giordano, después de barrer y trapear mi
habitación-estudio, la sala y el cuarto de lavado. No creo que hoy vaya al
básquet. Si no regreso a casa este fin de semana estoy seguro que terminaré la
corrección. Ah, se me olvidaba: hice una breve escapatoria a casa de mi
familia, es decir, a mi casa titular. No había nadie. Me bañé (no tengo agua
caliente en mi apartamento literario). Vi que la Maki, nuestra antigua pastor
inglés, había llenado de mierda batida el balcón de mi cuarto titular. No la
limpié. Sigo con los excesos. Ya descansaré.
0 comentarios