Contra todos: Una entrevista en Facetas Diario del Huila
octubre 14, 2012
CONVERSACIÓN CON MARCO TULIO AGUILERA
GARRAMUÑO
Félix Ramiro Lozada Flores
1.- ¿Cómo y cuándo fue su encuentro con la
literatura?
Mi primer trabajo con tintes literarios fue
un ensayo sobre Beethoven, cuando yo tenía 15 años y estudiaba en el Liceo
Unesco en San Isidro de El General, Costa Rica. Gracias a un premio que recibí
por él fui invitado a asistir a la función de la Quinta Sinfonía en el Teatro
Nacional. Mi segundo experimento literario fue un cuento breve que se llamaba
“El sabio ignorante”. Fue publicado en el Magazín Dominical de El Espectador.
Mi tercer trabajo fue un cuento llamado “El negro que inventó la música”, que
fue finalista en el Concurso La Felguera España. Fue escrito cuando estudiaba
Filosofía en la Universidad del Valle y resultado de haber fracasado en una carrera
de 5000 metros planos en los Juegos Universitarios de Colombia.
2.- Llevar tanto tiempo fuera del país lo
ha alejado de su literatura, de su gente?
¿En estos momentos que opinión le merece la narrativa colombiana? ¿Tiene
algún tipo de relación con los
escritores colombianos?
No me he alejado ni de Colombia ni de sus
escritores. Voy a Colombia cada vez que me invitan a ferias del libro, a ser
jurado de concursos de cuentos o a dictar conferencias en universidades. He
estado en Neiva, Tunja, Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades. Me he
mantenido en contacto con varios amigos: Gustavo Álvarez Gardeazábal, Isaías
Peña, Fabio Martínez, Fabio Jurado. He escrito y promovido a muchos escritores
colombianos en México: William Ospina, Santiago Gamboa, Tomás González, Harold
Alvarado, Daniel Ferreira, Tomás González. En general mantengo un interés
constante por lo que se escribe en Colombia. Terminé una antología del cuento
colombiano a la que le estoy buscando editor.
3.- Cree que los escritores colombianos han
superado el fantasma de Gabriel García Márquez?
Ya García Márquez no es un fantasma para
los colombianos sino un ejemplo y un acicate. Cada dos o tres años se promueve
a un escritor con la etiqueta de sucesor de García Márquez. Yo fui uno de los
primeros que entraron en esa dinámica, que poco a poco se ha vuelto más que
propaganda, un lastre. Actualmente hay una gran vitalidad en la literatura
colombiana, muchas variantes, muchos estilos y hay más de media docena de
nombres muy respetados en Europa y otros países.
4.- Haber vivido en Costa Rica, México y
visitar muchos países, le permite tener una amplia visión de la literatura
latinoamericana ¿Qué piensa de esta? ¿Cómo ve
a los escritores colombianos post García Márquez?
Entre los más interesantes mencionaría a
William Ospina y el más prometedor de los jóvenes, Daniel Ferreira. A nivel
internacional varios escritores colombianos han ganado premios importantes,
aunque no siempre los premios correspondan a obras de alta calidad. Los dos
premios Alfaguara, el de Restrepo y el de Vázquez, me parecen bastante pobres.
Mario Mendoza ganó el Biblioteca Breve; Evelio Rosero el Tusquets, pero no he
leído sino un capítulo, que me pareció interesante. Hay dos premios Juan Rulfo
de Cuento en Colombia y varios latinoamericanos de Cuento de Puebla. La novela
Necrópolis de Santiago Gamboa, que recibió el Premio Norma, me gustó mucho. Daniel Ferreira, un joven
santandereano ganó dos premios internacionales el mismo año. Su novela La
balada de los bandoleros baladíes es
estremecedora.
5.- ¿Se puede afirmar que su novela
Historia de todas las cosas, es una serie de anécdotas, visiones e
interpretaciones acerca de la vida cotidiana colombiana e incluso de Costa Rica
donde vivió por muchos años? ¿Qué nos puede decir sobre el particular? ¿Qué lo
llevó a reescribirla?
Evidentemente hay una visión personal de
Latinoamérica en la que se mezclan mis recuerdos de Costa Rica y Colombia. La
primera edición fue publicada en Ediciones La Flor de Buenos Aires. El editor,
Daniel Divinsky, en la contraportada del libro se atrevió a decir que le
gustaba más que Cien años de soledad. Eso desencadenó dos tipos de reacciones: una
gran respuesta crítica positiva de parte de muchos comentaristas en varias
partes del mundo y una denigración por parte de algunos, que la consideraron
tan cercana en algunos aspectos a la novela de García Márquez que les parecía
un plagio. Yo reaccioné contra esto y decidí olvidar la novela por muchos años,
y dedicarme a escribir otros libros, hasta que me encontré con Gabo en Xalapa y
él me preguntó que qué había pasado con “La novela de todas las cosas”. Le dije
que ya no me gustaba esa novela. Él me respondió que mi rechazo era absurdo y
dijo: “Es lo mejor que has escrito y quizás lo mejor que escribirás en tu
vida”. En el intervalo entre la
publicación inicial de Breve historia de todas las cosas y el
encuentro con García Márquez, yo había escrito varios libros: Cuentos para después de hacer amor, Mujeres
amadas, El amor y la muerte, que fue finalista en Alfaguara. Varios años
después del encuentro con Gabo volví a leer la novela Breve historia de todas las cosas, me gustó mucho, de modo que
decidí rescribirla. Ahora se llama simplemente Historia de todas las cosas. Le
cambié el nombre por dos razones: una, porque ya no es breve: tiene 515
páginas; y dos, porque un filósofo norteamericano, Ken Wilber, se apropió de mi
título y no hallé sustento legal para hacer que me lo devolviera.
6.- Usted escribió Historia de todas las
cosas en dos tiempos, es decir, en dos épocas distintas de su vida y en lugares
diferentes, vale decir, la primera
versión se publica a sus 23 años y la segunda la reescribió 36 años después.
¿Cuál es la diferencia entre una y otra versión? ¿Notó deficiencias, afán o
inmadurez que lo llevaron a realizar correctivos o, considera que habían
quedado asuntos importantes por fuera de la novela?
Es cierto: la segunda edición es una
rescritura de la primera, y fue publicada en Plaza y Janés, en una edición de
25 000 ejemplares. No sabría decir qué diferencia hay entre una y otra. Quuizás
un estilo menos caótico e irresponsable. Hay nuevas escenas: ya no es una
novela que busque sus fuentes solamente en Costa Rica, sino en Colombia, México
y otros países.
7.- Hay un esfuerzo confeso de promover
Historias de todas las cosas. ¿A qué se debe? ¿La considera su gran novela o,
piensa que el público y los críticos no la han valorado suficientemente?
No hago un esfuerzo por promover sólo esa
novela sino todo lo que escribo. A partir del descubrimiento de las redes
sociales, los blogs, los correos electrónicos, twitter, facebook, linkedin,
google+ me he dado cuenta que ahora tengo en mis manos mecanismos para hacer
llegar información sobre mis libros a lectores de todo el mundo. Ya no dependo
de consorcios publicitarios ni de mafias o grupos, sino de mi propia
iniciativa. Yo no creo que el escritor deba ser un personaje secreto,
escondido, aunque respete a quienes quieran permanecer en la sombra. Mi
personalidad es mediática y estereofónica, como dice un amigo escritor
uruguayo. No me cuido de caerle bien a la gente: digo lo que pienso, escribo lo
que quiero, no me vendo a nadie sino a mi propia conciencia. Quien maneja las
redes sociales crea canales paralelos para hacer llegar su trabajo al público:
ya no depende de los poderes mediáticos y literarios: El Tiempo, El Espectador,
Alfaguara, pueden ignorarme, soslayarme o ningunearme, pero por medio de
internet puedo hacer llegar mis mensajes. Internet es el nuevo poder que puede
competir con los poderes establecidos. Hoy los escritores pueden funcionar con
nuevas reglas. Quien maneja los hilos secretos de la red ya no necesita rendir
pleitesía a nadie.
8.- Qué nos puede decir de la dedicatoria:
“Para Gabriel García Márquez, a quien pienso matar…literariamente”, a lo que
García Márquez, responde con esta frase: “Para Marco Tulio, de la competencia”.
Lo que puedo decir es que las dedicatorias
son literales. García Márquez tiene todos mis libros dedicados; yo sólo tengo
uno dedicado por él. Ya he contado lo que me dijo Fabio Jurado, que visitó el
estudio de Gabo en México: que él tiene todos mis libros dedicados en un
estante separado de los demás, al lado de los de Mutis. García Márquez siempre
se ha expresado muy bien de lo que
escribo, pero en privado. Se cuida muy bien de promover a los escritores
colombianos porque dice que se enferman y no vuelven a escribir nada bueno.
9.- Usted ganó la primera Bienal Nacional
de Novela José Eustasio Rivera, en 1988 con Venturas y desventuras de un
Frenáptero, obra que publicó con el título de Los Placeres perdidos. ¿Qué lo
llevó al cambio de nombre de la obra?
Me pareció que el título inicial era
demasiado abstracto. El segundo título se refiere a los placeres de la
imaginación.
10. Como ganador de la Bienal Nacional de novela
José Eustasio Rivera, tuvo la oportunidad de visitar la ciudad de Neiva para la
premiación. Existe la posibilidad de volver a
la ciudad? ¿Qué representa para usted la Bienal de Novela, especialmente
ahora que se internacionaliza?
Tengo la certeza que este año visitaré
Neiva, no puedo decir la fecha ni las circunstancias. Este premio representa la
persistencia de una vocación cultural de un grupo de intelectuales,
particularmente del doctor Plazas Alcid, que ha estado al frente del proyecto
durante más de una década. Al internacionalizarse y elevar el monto del premio,
sitúa a Neiva en el mapa de la literatura latinoamericana. La lista de los
premiados en la que me honro de estar en primer lugar por haber sido el primer
ganador es ya parte de la historia de la literatura colombiana: el premio
sirvió de punto de partida a escritores que poco a poco han integrado una
nómina de lujo.
11.- En su libro Cuentos para después de
hacer el amor, hay personajes de gran vitalidad, con un lenguaje fresco y
ágil que corresponden al desenfado, al
erotismo y a las relaciones tormentosas que caracterizan su obra. ¿Qué nos
puede decir sobre el particular? ¿Se identifica de alguna manera con los
personajes de sus libros o, ellos son parte de investigaciones y observaciones
del comportamiento humano? A propósito: ¿Considera que este varía y es según la
condición social del individuo?
Ese libro es parte de un proyecto mayor,
constituido por tres volúmenes de cuentos. A él se agregan Cuentos para antes
de hacer el amor y El imperio de las mujeres. Los tres exploran de manera muy
directa, muy realista y sin tapujos las sutilezas, esplendores y escabrosidades
de las relaciones entre hombres y mujeres. El primer volumen lleva 14
ediciones, el segundo cinco, el tercero una. El imperio de las mujeres está
inédito en Colombia. Hombres y mujeres se comportan de manera semejante en todo
el mundo. Por ello mis cuentos no buscan destacar nacionalidades sino que
atañen al género humano en general.
12.- En su obra hay una especie de interacción
entre ficción y realidad. ¿Lo hace de manera deliberada? ¿Lleva a cabo un
proceso investigativo o, es simplemente su capacidad de observación lo que le
permite desarrollar su trabajo literario?
Todo lo que yo escribo es resultado de un
proceso muy minucioso no sólo de escritura de una historia sino de
investigación. Generalmente no suelto un cuento si no lo he tenido en mis manos
cinco años. Mis novelas en general me ocupan más de cinco años.
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