En la Universidad de Kansas en Lawrence
febrero 23, 2013
El doctor Miguel González-Abellás , chairman
de Washburn University, me plantea una serie de preguntas con motivo de los
años que pasé en la Universidad de Kansas en Lawrence, sitio que sirvió de base
para la creación de mi novela Mujeres amadas. He aquí mis respuestas.
1.
¿Qué recuerda todavía de su experiencia en Kansas? ¿Cómo fue que
llegó a este estado?
Presentación de la 3a edición mexicana de Mujeres amadas: Germán Mtz, MT, Oscar de la Borbolla, Leticia Mora |
De mi estancia en K.U. y en Lawrence tengo
recuerdos precisos y muy vívidos debido a que viví una época muy intensa de mi
existencia: disfruté de grupos sociales de prácticamente todo el mundo, tuve
algo semejante al amor con una mexicana y con una compañera norteamericana, me
dediqué a vagar todo lo posible (al final de la maestría leí como loco un
montón de libros y aprobé los exámenes), jugaba baloncesto casi todos los días,
hacía largos recorridos en bicicleta, conocí a personas maravillosas (me
agradaban particularmente las marginales). Durante ese par de años no escribí
sino un par de cuentos.
Llegué a K.U. a partir del hecho de que Raymond
Williams, por entonces terminando su maestría, me sugirió que solicitara un teaching assistanship. Eso fue en Cali.
Yo acababa de terminar mi licenciatura en Filosofía en la Universidad del Valle
y me hallaba sin trabajo y sin dinero. Hice la solicitud. Me aceptaron. Mis
amigos hicieron un baby shower para
equiparme de ropa. El pasaje de avión me regaló un mecenas, Otto Morales
Benítez. Y así llegué a Kansas. Lo primero que hice fue pedir un préstamo.
Fui muy bien recibido. Una semana más
tarde apareció en el periódico Tha Kansan
(creo recordar que así se llamaba el periódico universitario) una entrevista
que se tituló Marco Tulio Aguilera,
colombian writer: success came early. Eso se refería al hecho de que a los
25 años ya tenía una novela publicada, Breve historia de todas las cosas, en
Buenos Aires y se me comparaba con García Márquez.
2.
¿Hasta qué punto su visión de Kansas está mediada por su deseo (como
indica el protagonista de la novela) de "hacer imperialismo al
revés"? Es decir, ¿se puede interpretar la obra en cierta
medida a través de una lectura política en que se critica
al "otro" diferente (en este caso, Kansas)?
Toda mi vida he tenido una percepción de la gente y
de los sucesos “desde el otro lado”, una percepción como de niño destructor de
juguetes, lo que ha propiciado una especie de leyenda de que soy una especie de
outsider o outlier (caso fuera de serie): es como una rebeldía que me impide
amoldarme a los lugares donde he habitado. Esto es claramente poco original:
todos los que han querido ser artistas auténticos lo han practicado en general
de manera natural. Disfruté de Kansas manteniendo la distancia crítica, me bebí
el lugar y la gente, lo digerí, lo transformé en novela… y a otra cosa, a otro
lugar… que también transformé en novela. Me fui a Monterrey, México; luego me
vine a Xalapa y aquí me quedé.
3.
La obra Mujeres amadas es una novela en clave, y
una demostración es la descripción del profesorado del departamento de Español
y Portugués de la Universidad de Kansas. Sin embargo, el recientemente
fallecido John Brushwood aparece en la novela (al menos en la segunda edición
que yo poseo) con su nombre, sin "pseudónimo" ¿a qué se
debe eso? ¿es una casualidad o hay algo en él que le condujo a
dejarlo con su nombre real?
Con los profesores desarrollé relaciones muy
intensas: gocé de ellos y sufrí de algunos. Aprendí mucho de John Brushwood y
cultivé su amistad a lo largo de los años. Era de los pocos que tenían sentido
del humor, junto con el profesor de portugués, cuyo nombre no recuerdo. Los
demás profesores se tomaban muy en serio. En la primera edición cambié los
nombres originales por otros inventados y en lugar de poner Kansas University
puse Stillwater, nombre que me sugirió Raymod Williams. Ya en la segunda me
pareció más divertido y cercano usar el nombre de Kansas University y el de
Brushwood. Me parecía que la novela no ofendía a nadie y que era justo que se
supiera el nombre real de la universidad que había motivado la escritura.
Un tema que me ha intrigado es el siguiente: ¿Por
qué la Universidad de Kansas y particularmente el Departamento de Español no se
han ocupado de la literatura que se ha generado en esa misma universidad? ¿Por
qué nunca me han invitado a visitarlos? Yo lo haría con todo gusto. La novela Mujeres amadas ha tenido una trayectoria
destacada: va lleva varias ediciones en Colombia, infinidad de notas críticas,
muchas tesis de grado en universidades. Algún día me gustaría dictar una
conferencia en español o en inglés sobre los viejos tiempos en KU en el campus
de Lawrence.
4.
Uno de los aspectos que más me impactó es el del chico judío que muere en la
novela, y al que se refiere en un par de ocasiones. En su obra, usted
parece calificar el suceso como un suicidio. Sin embargo, en lo que yo he
podido averiguar por las notas de prensa de la época, la versión que de ahí se
desprende es un accidente. ¿Podría reflexionar un poco sobre esa
diferencia? ¿Es un simple recurso dramático, de ficción, o hay algo más en
ese cambio?
Lo que recuerdo es lo que viví y lo que me
contaron. Las versiones periodísticas tal vez hayan buscado ser políticamente
correctas. Yo conocí al chico y era del tipo depresivo, aislado. Pero eso
sucedió hace tanto tiempo que no podría tener ahora una reflexión objetiva o
equilibrada. Al respecto te puedo decir que en la novela McCollum Hall juega un
papel fundamental como crisol de culturas. Allí había personas de todo el
mundo.
5.
Otro aspecto que aparece criticado en su obra es la religión, especialmente
cuando se relaciona con la idiosincrasia de Kansas. Parece que la religión se
asocia en algunos casos con la estupidez, con algo idiota (p.ej.:
"mencionar a Cristo y poner cara de baboso" para conseguir algo (p.
110 de la segunda edición)). ¿Hasta qué punto diría usted que su novela es una
obra antirreligiosa? ¿Esta crítica es en oposición al disfrute de la sexualidad
que caracteriza no sólo esta novela sino gran parte de su producción narrativa,
o hay más elementos en contra? Pregunto porque, por lo que se desprende de
ciertas páginas de la novela, usted parece estar bastante versado en la Biblia,
que incluso aparece como intertexto en la novela.
Kansas en el imaginario norteamericano está asociado
a lo campesino, a lo simple, a lo que está ligado a la tierra. Esa visión es
caricaturesca y así pasó casi literalmente a la novela. Pero en contraste con
ello en Kansas, en Lawrence y en la novela aparece el mundo académico, que es
más cosmopolita, y que crea matices enriquecedores. Kansas se hace más complejo
gracias a la inmigración propiciada por las universidades, al arte y a la
ciencia que en esas instituciones se produce.
Me parece que Bukowski vivió en Lawrence. Otros
escritores y artistas habitaron allí también. Ellos le dieron y supongo que le
siguen dando un color menos bucólico y simple.
Para mí la Biblia es un texto literario que sirve
para explicar, a veces de manera tendenciosa, el mundo. Es un libro de ética y
por lo tanto un libro contra el cual debe luchar cualquier outsider, particularmente si ese outsider es un ególatra que cree que puede corregirle la plana a
Dios como casi todos los outsiders. En efecto he leído de principio
a fin la Biblia y ha marcado mi vida.
6.
En su novela se aprecia la comunidad internacional del campus de KU como un
microcosmos de diversidad racial. Sin embargo, esa diversidad se reduce
significativamente fuera del campus: practicamente sólo Big Ben (uno de los personajes
afroamericanos, que lleva al protagonista a un club de caballeros) y ya está.
Incluso la figura del indígena americano está ausente completamente. ¿Esto es
simplemente un reflejo de su experiencia en Kansas o hay un elemento consciente
de contraponer la diversidad de la universidad con el monoculturalismo del
resto del estado?
En general en las novelas uno no intenta demostrar
nada. De todos modos te respondo. Me parece que no has leído bien o se te
olvidó: en la obra hay personajes de Irán, varios negros norteamericanos,
franceses, judíos, latinoamericanos, un auténtico muestrario que visto a la
distancia me parece bastante grande para una novela tan breve.
7.
¿De dónde surge esa necesidad de retocar sus obras? Por lo que sé, Mujeres amadas ha tenido tres ediciones,
con ligeros cambios entre ambas (corríjame si me equivoco), y lo mismo ocurre
con su producción cuentística, en donde varios cuentos se repiten en distintos
volúmenes. ¿Es un sentido de la literatura como obra en progreso, nunca terminada,
como la vida?
Si yo viviera 200 años probablemente
reescribiría todos mis libros tres o cuatro veces. La idea es que todo se puede
mejorar siempre. Creo que soy mejor escritor (o por lo menos mejor estilista)
ahora que hace 35 años. Esa actitud tiene que ver con mi forma de ser. Yo soy
nadador máster y mi forma de entrenar consiste en tratar de mejorar mis marcas
en cada sesión. Y hoy, habiendo rebasado
los sesenta, en muchas ocasiones mejoro mis marcas juveniles. El año pasado
gané seis medallas de plata en un solo campeonato. El que me ganó fue campeón
olímpico. Desde que me conozco tengo una especie de delirio de super héroe. Eso
ha determinado mi forma de ser y mi obra. Soy muy competitivo y no puedo
evitarlo. Siempre tengo que estar peleando por algo o contra alguien.
Xalapa,
30 de octubre de 2012
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