Último día en Colombia
septiembre 27, 2014
Visita al Museo Nacional, reuniones con editores, horas de caminata por
la Carrera Séptima que hoy es un aleph donde se puede ver todo, una hora en
taxi tratando de llegar a la Librería Luvina, el taxista no aceptó mis billetes
porque dijo que eran falsos, cena y almuerzo con amigas y lectoras, una charla
en el Centro Cultural García Márquez, la oferta de que regrese a Colombia y
permanezca promoviendo mi nuevo libro de cuentos infantiles, muchas
posibilidades que se abren, subí y bajé de peso, he vuelto a fumar pero
abandonaré el cigarrillo cuando regrese a la rutina -dentro de un mes debo
competir en el Nacional Máster de Natación-, regreso a Xalapa tras agradables
estancias en Medellín, Cali y Bogotá, una invitación a Pereira que no pude
aceptar, regreso a México con la expectativa de ver cómo avanza la edición de La insaciabilidad (debe salir en
diciembre), asistiré a pocos eventos en el Hay
Festival, prepararé la presentación de un grupo de escritores poblanos en
Xalapa, mandaré a Xalapa 20 kilos de mis libros por Fedex, llevo regalos para
la familia y para algunos compañeros de la Editorial. Regreso muy contento a
México. Con ganas de volver a Colombia. El país político es un desastre. Tiene
por protagonistas a Uribe, un ser atrabiliario y despreciable manchado de
sangre hasta el cogote, que caerá en la cárcel si hay justicia, y a Santos, descendiente del grupo social que
ha llevado a este país a ser lo que es: un país depauperado y con miedo. Lo
destacable de este viaje, a más de descubrir que se me sigue leyendo y
queriendo en ambientes académicos, es haber liberado los derechos de autor de
cuatro libros que estaban secuestrados en Colombia por Plaza y Janés. A partir
de hoy podré publicarlos dondequiera. Tuve acercamientos con Fondo de Cultura
Económica, Mondadori y Planeta.
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