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SERGIO PITOL Y GABO

marzo 22, 2009

Marco Tulio en la Feria del Libro Universitario


A partir de que le fue concedido el Premio Cervantes a Sergio Pitol, en Xalapa y en México este escritor residente en Xalapa, se ha convertido en héroe intocable, al que se le asignan todas las virtudes y no se le baja de "genio de la literatura". Ahora Sergio aparece en todos los eventos importantes, siempre luciendo su bonhomía, aunque ya habla poco. Quizás pronto llegue al extremo de Garcìa Márquez, que sólo aparece con presidentes, príncipes y grandes escritores. Sergio es una persona buena, es humilde, saluda de forma conmovedora y hasta le hace pensar a uno que es importante. ¿Será en efecto un genio? Evidentemente no. Tiene un libro de cuentos extraordinario, Nocturno de Bujara. Y tiene tres novelas muy divertidas: Domar a la divina garza, Desfile de amor y La vida conyugal... Con eso basta. Escribir una sola novela buena es algo extraordinario. Y la verdad es que como teórico es excelente, erudito, agradable. Muchos de sus cuentos son repetitivos, algunas novelas, impotables... Por lo menos para este lector que soy yo. Opino que no hay que sumarse a la corriente de elogios de los buenos escritores. Con tanto halago uno termina por matarlos o por lo menos colocarlos lejos de la terrenal y divertida vida de los mortales. No termina de agradarme el hecho de que Gabo se haya vuelto inalcanzable. Hace unos díez años yo podía tener agradables pláticas, tomar un café con él en Samborns, hablar por horas en un restaurante de Xalapa. La última noticia es que Mercedes me invitó a comer en su casa... un día de estos. Lo más probable es que ese día no llegue. Gabo sabe que yo no soy obsecuente. No sé si leyó Poéticas y obsesiones, el retrato menos discreto de su persona. No sé si perdió el sentido del humor, que le permitía reírse de mis atrevimientos e infidencias, que aparecían en las cinco o seis entrevistas que le hice sin que él, tan zorro, se diera cuenta.

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