Insultos literarios

enero 29, 2012

No pude resistir apropiarme de estos divertidos insultos. Gracias, Prodavinci!
Por Prodavinci | 25 de Enero, 2012

Contribuciones al insulto literario, por Patricio Pron

Lawrence Durrell sobre Henry James: “Si tuviera que elegir entre leer a Henry James y que apretaran mi cabeza entre dos piedras, elegiría lo segundo.
¡Absalón, Absalón! de William Faulkner de acuerdo a The New Yorker: “La explosión final del que alguna vez fue un talento menor pero notable”.
James Gould Cozzens sobre John Steinbeck: “No puedo leer diez páginas de Steinbeck sin vomitar.”
La obra magna de Miguel de Cervantes de acuerdo con Martin Amis: “La lectura de El Quijote se puede comparar con la visita por tiempo indefinido del más inaguantable de tus parientes viejos, con sus bromas, sus sucios hábitos, sus reminiscencias imparables y sus espantosos amigotes.”
Gustave Flaubert de acuerdo a Le Figaro: “El señor Flaubert no es un escritor”.
Edgar Allan Poe según Henry James: “El entusiasmo por Poe es la marca de un estadio decididamente primitivo de reflexión.”
Samuel Taylor Coleridge sobre el historiador Edward Gibbon: “Su estilo es detestable, pero no es lo peor de él”.
Las flores del mal de Charles Baudelaire de acuerdo a Émile Zola: “Dentro de cien años, los libros de historia de la literatura francesa, sólo mencionarán esta obra como una curiosidad”.
Émile Zola según Oscar Wilde: “Monsieur Zola está decidido a mostrar que, si carece de genio, al menos puede ser aburrido”.
Evelyn Waugh sobre Stephen Spender: “Verlo haciendo malabares con nuestro rico y delicado lenguaje es experimentar el mismo horror de ver un jarrón de Sèvres en las manos de un chimpancé”.
Lev Tolstoi a Anton Chéjov: “Ya sabes que no puedo soportar las obras de [William] Shakespeare, pero las tuyas son peores incluso”.
Ana Karenina de Lev Tolstoi de acuerdo a The Odessa Courier: “Basura sentimental. Muéstrenme una sola página que contenga una idea”.
William M. Payne sobre Henry James: “Resulta tristemente evidente que James se ha agotado a sí mismo en cuanto se refiere a novela internacional y probablemente en cuanto se refiere a cualquier clase de novela” (dicho antes de la publicación de Los bostonianos y Otra vuelta de tuerca).
Edward Abbey sobre Tom Wolfe: “Un pretencioso cazador de tendencias. La chica del pompón de las letras estadounidenses”.
El crítico literario Churton Collins según Alfred, Lord Tennyson: “Un piojo en los rizos de la literatura”.
George Bernard Shaw de acuerdo con Roger Scruton: “Ni siquiera el accidente poco relevante de la completa ignorancia lo disuadiría de redactar una opinión definitiva sobre cualquier tema”.
Oscar Wilde sobre George Bernard Shaw: “No tiene ningún enemigo en este mundo, y ninguno de sus amigos lo quiere”.
Robert Yelverton Tyrrell sobre una traducción de Robert Browning: “El original griego es de gran utilidad para desentrañar la traducción de Browning”.
Samuel Butler sobre Johann Wolfgang von Goethe: “He estado leyendo una traducción de Wilhelm Meister. ¿Es bueno? A mí me parece posiblemente el peor libro que he leído. Ningún inglés podría haber escrito un libro así. No puedo recordar ni una sola página o idea… ¿Es todo una broma? Si lo que realmente he estado leyendo es Wilhelm Meister de Goethe, me alegro de que nunca me haya tomado la molestia de aprender alemán.”
Gertrude Stein, de acuerdo con Wyndham Lewis: “La prosa de Gertrude Stein es un budín de sebo negro y frío. La podemos representar como un frío rollito de sebo de longitud increíblemente reptiliana. Si lo cortas en cualquier lugar, es siempre lo mismo: la misma masa pesada, pegajosa y opaca, a lo largo y a lo ancho.”
Sinclair Lewis de acuerdo al Boston Evening: “Como humorista, Lewis se esfuerza con valor en ser gracioso, pero sólo acierta a ser estúpido”.
Edmund Wilson sobre W.H. Auden: “En Auden se da el curioso caso de un poeta que escribe un lenguaje poético original, en la más sólida tradición inglesa, pero que parece haber quedado retenido en la mentalidad de un escolar adolescente”.
Anatole France sobre Émile Zola: “Su trabajo es malo, y él es uno de esos seres infelices de los que se puede decir que sería mejor si no hubieran nacido nunca.”
J.D. Salinger de acuerdo a Mary McCarthy: “No me gusta Salinger, en absoluto. Lo último que ha escrito ni siquiera es una novela, sea lo que sea. No me gusta, en absoluto. Sufre de esa especie de sentimentalismo metropolitano terrible y es tan narcisista. Y para mí, también, parece tan falso, tan calculado: combinar al hombre sencillo con el egoísmo megalómano. Simplemente no puedo soportarlo.”
Lord Byron sobre John Keats: “Aquí está la poesía de pis en la cama de Keats y tres novelas de Dios sabe quién. No más Keats, os lo ruego: desolladlo vivo, y si algunos de ustedes no lo hace, lo haré yo mismo: no es necesario aguantar el idiotismo babeante de la Humanidad.”
Elizabeth Bishop sobre J.D. Salinger: “Odié [El guardián entre el centeno]. Me tomó días abrirme paso a través de él, cautelosamente, una página por vez y el ruborizándome de vergüenza ajena con cada frase ridícula que me encontraba en el camino. ¿Cómo pudieron dejarle hacer eso?”
Jane Austen de acuerdo a Charlotte Brontë: “No altera al lector con nada vehemente ni lo molesta con nada profundo: las pasiones le son perfectamente desconocidas”.
James Lorimer sobre Cumbres borrascosas de Emily Brontë: “He aquí, mil veces aumentados, todos los defectos de Jane Eyre (Charlotte Brontë) y, pensándolo bien, sólo nos queda el consuelo de que nunca alcanzará amplia difusión”.
Ralph Waldo Emerson sobre Jane Austen: “No logro entender por qué la gente tiene las novelas de Austen en tan alta estima, ya que a mí me parecen vulgares tonterías, estériles en imaginación artística, prisioneras de las despreciables convenciones de la sociedad inglesa, carentes de genio, talento y conocimiento del mundo. Nunca la vida fue tan mezquina y estrecha. El único problema en la mente de la escritora [...] es llegar al matrimonio. El suicidio es más respetable”.
Thomas Carlyle sobre Ralph Waldo Emerson: “Un desdentado y canoso mandril”.
El editor francés Marc Humblot en su carta de rechazo de En busca del tiempo perdido: “Mi querido amigo, quizá debo estar muerto de cuello para arriba pero por más que me devano los sesos no acierto a ver por qué alguien necesita treinta páginas para describir cuántas vueltas da en la cama antes de dormir”.
Walt Whitman según Henry David Thoreau: “No solo estaba ansioso por hablar sobre sí mismo, sino que también era reacio a que la conversación se apartase de ese tema por demasiado rato”.
Walt Whitman de acuerdo a The London Crine: “Withman conoce tanto el arte como un cerdo las matemáticas”.
C.S. Lewis leyendo la obra de J.R.R. Tolkien: “¡Oh, no! ¡No otro elfo de mierda!”.
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